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Permanecer en Jesús crea transformación

Me atrevería a decir que todos queremos experimentar el crecimiento y la transformación. Veamos cómo permanecer en Jesús crea transformación.

Estoy empezando intencionalmente a permanecer a causa de nuestra relación con Jesús, nuestro permanecer en Jesús es la postura más importante que tomamos como seguidores de Cristo. Cuando permanezcamos, nuestras vidas se transformarán, nuestras relaciones se transformarán, nuestro trabajo se transformará. En Juan 15, Jesús dice:

“Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí.  Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto. Pero separados de mí nada pueden hacer.. … En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto y sean mis discípulos.  Como el Padre me amó, también yo los he amado; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Estas cosas les he hablado para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea completol” (Juan 15:4-5, 8-11).

Cada vez que leemos las Escrituras, una de las cosas que debemos notar son las palabras que se repiten. Cuando vemos que una palabra se usa varias veces, significa que es realmente importante y que la persona que habla está haciendo énfasis en algo. Aquí vemos a Jesús instruyéndonos a permanecer, siete veces en estos breves, pero poderosos versículos. Permanecer significa habitar, no partir, estar presente, esperar, perdurar. Experimentaremos la transformación mientras perduremos en Jesús. Mientras permanecemos en Jesús, él nos promete que daremos mucho fruto. Y mientras permanezcamos en él, cuando vivimos en su amor, cuando guardamos sus mandamientos, ¡se nos promete plenitud de gozo!

¿Cómo moras en Jesús? ¿Cómo permanecen en ti sus palabras? Para permanecer en su Palabra, necesitamos estar leyéndola, haciendo que sea una práctica diaria morar en la verdad de las Escrituras. El mejor momento para mí es a primera hora de la mañana. Quizás la mañana sea el mejor momento para ti o quizás durante la hora del almuerzo o antes de acostarte. Convierte en una práctica diaria estar en la Palabra de Dios. Mientras moras en Jesús, mientras permaneces en su Palabra, permaneces en su amor y obedeces sus mandamientos, experimentarás la transformación, darás fruto y experimentarás la plenitud de gozo.