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¿Estás viviendo una vida digna del Señor?

¿Alguna vez te has preguntado qué significa vivir una vida digna?

A menudo nos sentimos tentados a medir nuestras vidas por nuestros logros, éxitos financieros, nuestro estado relacional o tal vez subiendo en la escalera corporativa. Pero miremos la Palabra de Dios para ver qué dice acerca de vivir una vida digna.

En la carta de Pablo a los seguidores de Jesús en el libro de Efesios 4: 1, él dice: ” les exhorto a que anden como es digno del llamamiento con que fueron llamados”.

¿Qué quiere decir?

Vivir dignamente no significa definir tu valor o ganar tu valor o estatus. Eso ya ha sido declarado por Dios. Por la sangre de Jesús has sido sanado, eres santo, justo y digno. Estás 100% aprobado. Vivir dignamente no se trata de ganarse el favor de Dios. Ya lo tienes por Jesús. Esa es una verdad asombrosa.

Vivir una vida digna del Señor no se trata de nuestra posición ante Dios. Se trata de nuestra conducta, ante Dios y los demás, la forma en que vivimos nuestras vidas. Cuando Pablo insta a los creyentes a vivir una vida digna del llamamiento que han recibido, está diciendo: “vive de tal manera que seas un crédito para el mensaje de Cristo. Compórtate como un ciudadano del cielo. Vive de una manera piadosa que refleje a Jesús “.

Como dice la traducción de la Pasión, “camina en santidad, de una manera que sea adecuada a tu alto rango, que te fue dado en tu llamado divino”.

Cuando tú y yo vivimos de una manera digna del evangelio, significa que nos destacamos, vivimos apartados. Las personas miran tu vida y se dan cuenta de que refleja los principios del Evangelio. Hay demasiadas personas que dicen ser cristianas, pero su estilo de vida, palabras, elecciones, comportamientos y acciones reflejan cualquier cosa menos a Cristo. Cuando somos verdaderos seguidores de Jesús, leemos la Biblia, obedecemos las instrucciones de Dios y crecemos más y más en la semejanza de Jesús. No nos ajustamos a los patrones del mundo ni a las normas sociales. Imitamos a Cristo.

Si tus compañeros de trabajo observaran tu vida y conducta, ¿sabrían que amas y sigues a Jesús? ¿Respondes de manera diferente bajo presión, actúas con gracia en circunstancias desafiantes, muestras amabilidad cuando otros critican? ¿Se daría cuenta tu vecino de que hay algo diferente en ti? Cuando hay una fila larga en el mostrador de caja, ¿el empleado de la tienda experimentaría a Jesús en ti?

Cuando vivimos dignos de nuestro llamado, vivimos como seres amados, elegidos y escogidos por Dios para mostrar la gloria de Dios.