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Presentado por Mary Lowman

Estoy compartiendo un proverbio al día, que te mostrará el camino. Escucha este pasaje de Proverbios 6:

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos. (Proverbios 6:6-8).

En el margen de mi Biblia, junto a este versículo, he escrito “motivado por sí mismo”. La hormiga es una criatura motivada por sí misma. Sin que nadie esté detrás de todas esas hormigas y les diga qué hacer, realizan su trabajo con diligencia y están preparadas para lo que les espera.

La automotivación es un factor clave en nuestro mundo empresarial actual. Muy pocas personas lo tienen. Demasiadas personas simplemente intentan pasar con el menor esfuerzo posible. No miran más allá de sus narices para ver qué más se puede hacer, no toman ninguna iniciativa, no están dispuestos a hacer ningún esfuerzo adicional.

Un cristiano en el lugar de trabajo debe ser como la hormiga: motivado, dispuesto a esforzarse y realizar el trabajo sin que se lo pidan, sin supervisión constante. ¿Tu jefe confía en ti? ¿Puede él o ella estar seguro de que tu harás tu trabajo diligentemente, ya sea que alguien esté mirando o no? Ciertamente, un cristiano debería tener ese tipo de reputación.

Ya sabes, tu testimonio en tu trabajo será eficaz si hay una diferencia en la forma en que trabajas. Si tienes la actitud de “ese no es mi trabajo” que prevalece hoy en día, si arrastras los pies y haces sólo lo que te dicen que hagas, si te quejas y te lamentas de hacer algo que va más allá de las funciones de tu trabajo, ¿cómo sabrán tus compañeros de trabajo y tu jefe, que Cristo hace una diferencia en tu vida? No lo sabrán, y tu testimonio verbal, si lo hay, caerá en oídos sordos.

Si eres un seguidor de Cristo, tienes un poder mucho más allá de ti para motivarte. Tienes el Espíritu Santo de Dios morando dentro de ti para darte la fuerza que necesitas para motivarte. Y cuando estés motivado para hacer lo correcto, tendrás un testimonio sobresaliente porque haces bien tu trabajo, ya sea que alguien te esté mirando o no, lo haces lo mejor que puedes y estás dispuesto a hacer un esfuerzo adicional.

Ve a la hormiga y considera sus caminos. Podemos aprender sabiduría y automotivación de esas pequeñas hormigas.