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Esta semana, mi objetivo es conocer mejor a Dios al volverme más consciente de sus maravillosos atributos y agradecerle por ello. De hecho, he preparado un folleto que encontrarás en nuestro sitio web para ayudarte a desarrollar el hábito de concentrarte regularmente en los atributos de Dios. Lo llamo Un atributo al día mantiene al diablo alejado.

C.H. Spurgeon fue llamado el Príncipe de los Predicadores en el siglo XIX. Escribió lo siguiente: “Hay algo sumamente mejor para la mente en la contemplación de la Divinidad. Es un tema tan vasto que todos nuestros pensamientos se pierden en su inmensidad; tan profundo que nuestro orgullo se ahoga en su infinitud… Ningún tema de contemplación tenderá más a humillar la mente que los pensamientos sobre Dios… Pero mientras el tema humilla la mente, también la expande… No conozco nada que pueda consolar tanto al alma, calmar tanto las oleadas de dolor y tristeza, hablar de paz a los vientos de la prueba, como una meditación devota sobre el tema de la Deidad”.

Son muchos los beneficios que obtenemos cuando conocemos a Dios cada vez mejor. Por ejemplo, ¿cómo definirías la inmutabilidad de Dios? Inmutabilidad no es una palabra que usemos con frecuencia, ¿verdad? Pero deberíamos saber lo que significa, y lo maravilloso que es, que nuestro Dios sea inmutable, porque eso significa que nunca cambia. Él es perpetuamente el mismo en todo aspecto.

En el principio tú afirmaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces. Todos ellos se desgastarán como un vestido… Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tienen fin  (Salmo 102:25-27).

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8).

Dios no ha evolucionado, crecido ni mejorado. A Él no lo afecta nada que esté fuera de sí mismo. No le influye el paso del tiempo. No envejece. Su poder nunca puede disminuir; su gloria nunca puede desvanecerse.

¿No te alegras de que cuando te despiertas cada mañana no tengas que preguntarte si Dios todavía te ama? Puede que te preocupes con razón por el amor o la lealtad de algunas personas en tu vida, pero nunca, nunca, tienes que preguntarte si Dios todavía te ama o si te dejará. Eso es porque Él es inmutable; nunca cambia porque no tiene necesidad de cambiar. Medita en eso hoy; eso cambiará tu día.