Play

Te recuerdo algunos de los maravillosos atributos de Dios porque cuanto más conozcas a Dios, más vivirás en su libertad, en su amor y para su gloria. Tu relación con Dios, que sin duda se extiende a todas las demás relaciones de tu vida, depende en gran parte de lo bien que conozcas a Dios y de la constancia con que intentes conocerlo mejor.

Dios no quiere que lo demos por sentado. John Piper escribe: “Nos anestesiamos ante el insulto indescriptible y espantoso que se le hace a Dios, día tras día, cuando se lo ignora. Empieza a parecer normal, como es normal no pensar en el aire o en una tierra sólida bajo nuestros pies”.

Una manera de asegurarse de que no estás dando a Dios por sentado, de que no lo estás ignorando, es reflexionar constantemente en sus muchos atributos maravillosos. Por ejemplo, ¿has pensado últimamente en la verdad de que Dios es supremo? Eso significa que supera a todos y a todo. No teme a nada ni a nadie.

¿Recuerdas que después de la resurrección, antes de regresar al Cielo, Jesús dijo que se le había dado toda autoridad en el Cielo y en la tierra? ¡Toda autoridad! Jesús es supremo.

¿Qué significa para ti la supremacía de Dios en tu vida? Alguien lo expresó de esta manera: “Nuestras vidas no son el producto de un destino ciego, ni el resultado de un azar caprichoso, sino que cada detalle de ellas fue ordenado desde toda la eternidad y ahora está ordenado por el Dios viviente y reinante. Ni un cabello de nuestras cabezas puede ser tocado sin su permiso”. Eso es porque nuestro Dios y nuestro Salvador es supremo.

La cuestión es la siguiente: si tú y yo tuviéramos el hábito de reflexionar en al menos un atributo de Dios cada día, de darle gracias a Dios por ello, de recordar a lo largo de cada día una cosa en particular acerca de Dios, no hay duda de que nuestros días serían mejores. El solo hecho de pensar en Jesús cambia nuestras actitudes; nos hace agradecidos, humildes y alegres. Un atributo al día… eso no es difícil de hacer, ¿verdad? Comencemos hoy alabando a Dios durante todo el día y toda la noche porque Él es supremo y nadie puede arrebatarte de su mano.