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¿Cuál es tu mayor ventaja como cristiano en el lugar de trabajo? Quizás te estés rascando la cabeza, tratando de pensar si tienes alguna ventaja. Quiero asegurarte que sí, y que la ventaja es la oración.
Ventaja: Puedes tratar mucho mejor con personas difíciles.
La mayoría de nuestras frustraciones son causadas por las personas, ¿verdad? Entonces, ¿qué haces cuando estás tratando con un compañero de trabajo, un jefe o un cliente difícil? Bueno, como tenemos el poder de la oración como creyentes, tenemos una ventaja asombrosa cuando se trata de relacionarse con personas, incluso con las personas difíciles.
Primero, debes orar regularmente por todas las personas en tu mundo laboral. Pídele a Dios que te ayude a ver a esas personas como Él las ve. Llámalos por su nombre y ora específicamente por cada uno de ellos tanto como sea posible.
Luego, pide sabiduría sobre cómo lidiar con las relaciones difíciles. ¿Tienes un jefe que parece imposible? ¿Alguna vez le has pedido a Dios que te muestre cómo manejar a ese jefe? ¿O simplemente te quejas y te lamentas del jefe? Eso no servirá de nada, ¡pero la oración cambia a las personas! Ya sea que te cambie a ti, a tu jefe o a ambos, te resulta mucho más fácil lidiar con un jefe difícil cuando dedicas oración diaria a esa persona.
“La ira del rey es presagio de muerte, pero el sabio sabe apaciguarla” (Proverbios 16:14).
Un rey representa a quienes tienen autoridad sobre nosotros, y cuando tienes un jefe difícil, aquel que da mensajes de muerte, si eres sabio puedes apaciguar a ese jefe.
¿Cómo puedes ser sabio?
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie” (Santiago 1:5).
Puedes tener la ventaja de la sabiduría divina al saber cómo tratar con personas difíciles. ¡La sabiduría de Dios es mejor que un título avanzado en negocios!
He estado orando Santiago 1:5 durante años, reconociendo mi gran necesidad de sabiduría en todas las áreas. No hace mucho comencé a darme cuenta de que había tomado algunas decisiones bastante sabias, que en realidad no parecían mías en absoluto. Entonces pensé: “Bueno, por supuesto; has estado pidiendo sabiduría a Dios y él ha respondido a tu oración”. Es una gran ventaja poder orar por la sabiduría de Dios.