Play

¿Alguna vez has dicho algo como: “¡El simplemente saca lo peor de mí!”? Realmente es cierto que ciertas personas y ciertas circunstancias parecen sacar lo peor de nosotros. ¿Alguna vez pensaste que podría haber una razón para eso?

En Salmo 19:12, David escribió: ¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!”. Luego continúa orando en el versículo 13: “Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas”… Vemos que David estaba lidiando con dos tipos de pecado y errores en su vida: los que estaban ocultos para él y que ni siquiera podía ver, y los que eran intencionales.

Por supuesto, David no es el único que tiene estas dos áreas de pecado en su vida; todos las tenemos. Todos comprendemos la necesidad de abordar los errores que son flagrantes; los que conocemos. Pero ¿qué pasa con esos errores ocultos? Muchas veces, estas son cosas en nuestras vidas que nunca cambian porque simplemente no las vemos. “¿Quién puede discernir sus errores?” pregunta David. En otras palabras, no es fácil verlos por uno mi

Entonces, ¿qué hace Dios por nosotros? Él envía personas a nuestras vidas que sacan lo peor de nosotros. Aquí está una persona en tu vida que te hace enojar cada vez que está en tu presencia. Parece que le dices algo odioso o desagradable todo el tiempo. La verdad es que nadie está en tu vida por accidente, y esas personas que sacan lo peor de ti, están ahí para mostrarte esos errores ocultos, para que ya no estés ciego ante ellos.

Piénsalo: ¿quiénes son las personas que sacan lo peor de ti? O tal vez sea cierto tipo de persona la que saca lo peor de ti. ¿Puedes identificar algunas de esas personas o tipos?

La gente inepta y cerrada saca lo peor de mí. Tiendo a tener actitudes muy críticas hacia ellos. Cuando analizo eso, me doy cuenta de que es pecado de soberbia, pensar que soy mejor que otra persona. ¡Vaya, esos errores ocultos! Debajo de ellos descubriremos todo tipo de actitudes erróneas que es necesario cambiar.

Una de mis oraciones habituales es pedirle a Dios que me muestre mis errores ocultos. Es una buena oración, así que te animo a que ores lo mismo. Y luego, cada vez que estés cerca de alguien que saca lo peor de ti, detente y date cuenta de que Dios está respondiendo tu oración y mostrándote tus errores ocultos, para que puedas llegar a ser más parecido a Cristo.