Podcast (podcast-spanish): Play in new window | Download (Duration: 3:07 — 7.1MB)
¿En qué límite te has puesto? Quiero hablar sobre nuestra tendencia a limitar lo que Dios quiere hacer a través de nosotros y por nosotros porque nos ponemos en “cajas” o límites.
He estado involucrada en el ministerio a mujeres por muchos años, y yo misma soy mujer, y he visto a muchas de nosotras construir límites alrededor y trazar líneas en la arena que nos impiden ser todo lo que Dios nos diseñó para ser, y nos impiden hacer algunas de las buenas obras para las que Él nos puso aquí.
Pregúntate en qué límite o límites te has puesto tú misma o has permitido que alguien más te ponga. Aquí hay algunos límites comunes:
- Soy demasiado viejo para hacer eso, o demasiado joven.
- No tengo la educación adecuada.
- No tengo la experiencia adecuada.
- No tengo suficiente dinero.
- No puedo entonar una melodía.
- No soy buena en matemáticas.
- No soy buena con la gente.
- Soy demasiado tímida para hacer eso.
- Nunca podré aprender todo esto.
- No tengo la apariencia adecuada.
- Soy demasiado grande, ¡o soy demasiado pequeño!
- Ese no es mi don.
Puedes estar en tu propio límite único. Piensa en esto: ¿qué te has estado diciendo a ti mismo que no puedes hacer por alguna razón como estas?
¡Es hora de romper con esos límites!
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. Efesios 2:10
Estoy convencida de que muchos de nosotros nos estamos perdiendo las buenas obras que Dios preparó para que hiciéramos porque hemos permitido que otros nos pongan en un límite, o más probablemente, nos hemos puesto nosotros mismos en algunos límites. Simplemente no podemos creer que Dios nos quiere fuera del límite y nos equipará para hacer lo que Él propuso desde el principio de los tiempos que hiciéramos.
Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena… Proverbios 29:18
¿Te ha dado Dios una visión de lo que podrías hacer? ¿Le has preguntado alguna vez por una visión de lo que Él quiere que hagas? Si nunca has aspirado a algo tan grande que te asuste, entonces podrías estar pereciendo espiritualmente.
