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Estoy hablando de los nombres (o títulos) de Jesús que podemos reclamar para cualquier necesidad que enfrentemos. Por ejemplo, ¿sabías que Jesús es tu Abogado celestial? 1 Juan 2:1 dice: “Mis queridos hijos, escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo”. Un defensor es alguien que te apoya, que aboga por ti. Qué verdad tan increíble que, como creyentes en Jesucristo, podemos reclamar este nombre de Jesús, que él es nuestro Abogado ante el Padre.

Las Escrituras nos dicen que Jesús está sentado a la diestra del trono de Dios y está allí para interceder por ti, para suplicar por ti. Eso significa que tienes el privilegio de ir directamente al trono de Dios en oración, y Jesús está allí para defender tu caso.

La Biblia nos dice que Satanás nos acusa noche y día delante del Padre (Apocalipsis 12:10). ¿Entiendes la imagen aquí? Satanás te está acusando, pero Jesús está a la diestra de Dios abogando por ti. Es como una escena de un tribunal, pero el veredicto ya está determinado. Satanás puede acusar todo lo que quiera, pero no puede ganar, porque tenemos un Abogado, Jesucristo.

¿Podría ser que ahora estés enfrentando algún fracaso de tu parte, algo que hiciste, dijiste o no hiciste y sabes que estuvo mal, que fue pecaminoso? Sabes que has desobedecido a Dios de alguna manera y tu conciencia realmente te está molestando.

¿Pero qué es lo que haces? Acudes a tu Abogado, a Jesús en oración y reclamas su nombre, su autoridad, como tu Abogado para presentar tu caso ante el Padre en busca de perdón. Simplemente cree lo que dice la Biblia: tu tienes un abogado ante el Padre cuando pecas, y Jesús, tu Abogado, tiene toda la autoridad que le ha sido dada en el cielo y en la tierra. Entonces, ¿crees que él ganará tu caso por ti? Puedes estar totalmente seguro de que, si confiesas tu pecado, tu Padre Celestial te perdonará porque vienes a él a través de Jesús, tu Abogado.

Entonces, reclama hoy el nombre de Jesús, tu Abogado, y conoce la libertad que se obtiene a través del perdón y la limpieza.