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Si estás contra una pared de ladrillos en este momento, hay algunos principios importantes de 2 Crónicas 20 para guiarte. Estamos viendo las siete R de la oración de Josafat. La primera fue recitar quién es Dios, luego, recordar lo que ha hecho, tercera, recordar su promesa, cuarta, volver a plantear el problema a Dios.

La quinta R – es la palabra Release en ingles que significa Entregar… entrega el problema a Dios.

Tan pronto como Josafat le presenta el problema al Señor, él se lo entrega.

“No sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están puestos en ti” (2 Crónicas 20:12b).

Admite su total incapacidad para resolver el problema. No pretende tener ninguna respuesta. Sino simplemente dice: “Señor, aquí está. Es tu problema, no el mío”.

Eso es lo que Jesús quiso decir cuando nos invitó a cambiar nuestra carga pesada por su carga ligera. Simplemente déjalos a sus pies en reconocimiento de nuestra propia incapacidad para hacer algo al respecto. Eso es dejar el problema al cuidado de Dios. Es evidencia de que confiamos en él.

La sexta R – Regocíjate en la salvación de Dios

Después de su oración, un profeta se levantó y dijo: “No temas ni te desanimes a causa de este gran ejército. Porque la batalla no es tuya, sino de Dios… Sal a enfrentarlos mañana, y el Señor estará contigo”. (2 Crónicas 20:13b-17).

Esa palabra de aliento no llegó hasta que Josafat le hubo entregado el problema a Dios. Cuando tu y yo seguimos aguantando, quejándonos y preocupándonos y tratando de arreglar las cosas nosotros mismos, retenemos el plan de liberación de Dios. Él está esperando ver tu acto de fe, que debe venir antes de la liberación.

Al día siguiente, mientras se preparaban para enfrentar a este enemigo imposible, Josafat nombró a hombres para que cantaran al Señor y lo alabaran por el esplendor de su santidad mientras salían a la cabeza del ejército, diciendo: “Den gracias al Señor, porque su amor es para siempre.”

Estaban alabando a Dios por la victoria incluso antes de que se lograra. Y cuando llegaron al campo de batalla, todo lo que encontraron fueron cadáveres tirados en el suelo; los enemigos se confundieron y se mataron unos a otros. El ejército de Josafat ni siquiera tuvo que pelear. Tenían que presentarse; tenían que obedecer a Dios; tuvieron que enfrentarse al enemigo; tenían que reclamar la victoria por adelantado. Pero una vez que llegaron allí, la pelea había terminado.

Lo que sea que estés enfrentando, recuerda estas R.