Presentado por Lauren Stibgen

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna (Juan 3:16).

Probablemente hayas escuchado este versículo muchas veces, pero ¿qué tiene que ver Juan 3:16 con la paciencia? Cuando pienso en mi propia salvación, diría que Dios fue paciente. De hecho, ¡esperó 30 años para que yo comprendiera que Jesús era mi salvador! La paciencia nos viene primero de Dios mismo, reflejada en el amor que nos tiene en la cruz. En nuestra cosmovisión, esto parece lento, pero no en el estándar de Dios.

El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. (2 Pedro 3:9).

Dios llega justo a tiempo: a su tiempo. Consideremos de nuevo el amor, pero en el contexto del mayor mandamiento.

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” —respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).

Ahora bien, ¿cómo se describe el amor? 1 Corintios 13:4-8 comienza con “el amor es paciente y bondadoso”. ¡El amor es paciente! ¿Con quién debemos tener paciencia?

Primero, ¡necesitamos tener paciencia con Dios! Exploraremos esto más a fondo, pero esto se traduce en confiar en él cuando nos encontramos en los valles de la vida y cuando sentimos que nuestras oraciones no son respondidas. Se traduce en perseverancia durante las pruebas y en perseverancia cuando solo deseamos que algo suceda de inmediato.

Luego, necesitamos tener paciencia con nuestro prójimo, ¡que es básicamente todo el mundo! Nuestros prójimos son nuestros jefes, colegas y subordinados. Son socios proveedores y socios dentro de las comunidades a las que pertenecen nuestros negocios. Incluso es la comunidad que estás construyendo en una plataforma social como LinkedIn o en una asociación empresarial relacionada con tu profesión. ¡Tienes muchos projimos a quienes amar! ¡Más bien, tienes muchos vecinos con quienes ser paciente!