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Presentado por Lauren Stibgen
¿Tienes un compañero que te saca de quicio? ¿A veces te afectan las situaciones en el trabajo? La paciencia que mostramos con los demás refleja nuestra fe.
Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad (2 Timoteo 2:24-26).
¡Sin duda no podemos lograr esto con impaciencia! Piensa en un ejemplo sencillo de paciencia durante una reunión. Esperas y esperas para hacer una declaración. De hecho, crees que es un punto muy importante. Tu compañero parece estar hablando sin parar sobre un tema con el que estás totalmente en desacuerdo. En tu impaciencia, ¿te molestas tanto que discutes sobre la relevancia de lo que dicen, o esperas pacientemente a que hablen, escuchándolos atentamente para quizás poder presentar un contrapunto con paciencia? Creo que todos hemos estado en esta situación. Tu paciencia en una situación como esta puede ayudarte a mostrar más respeto y a que los demás te escuchen.
¿Quizás te encargas de capacitar a los nuevos empleados cuando se incorporan a tu empresa? Quizás estos nuevos empleados incluso sean nuevos en la plantilla. A veces simplemente no captan la situación tan rápido como quisieras. ¿Eres impaciente y te apresuras a juzgarlos por no ser capaces de hacer el trabajo en cuestión, o les enseñas con paciencia a hacerlo bien?
En definitiva, 2 Timoteo 2:24-26 nos recuerda que nuestros oponentes —en nuestro caso, aquellos con quienes trabajamos— necesitan ser instruidos y tratados con delicadeza. La instrucción de mostrar paciencia con amor en todas las circunstancias puede ser una buena manera de vivir lo que a menudo llamo Fe en el Trabajo 1.0: comportarse de manera diferente para que alguien pregunte por qué.
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto (1 Pedro 3:15).
Mostrar paciencia en el trabajo cuando las personas te frustran puede ser solo una manera de iniciar una conversación sobre Jesús con ellos. ¡No desperdicies esta oportunidad con impaciencia! ¡Oro para que hoy aumentes tu paciencia en el trabajo!