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Me pregunto si has leído el libro de Nehemías últimamente. Lo encontrarás en el Antiguo Testamento entre Esdras y Ester, un libro de trece capítulos lleno de ayuda práctica para nosotros hoy. Te animo a leerlo de nuevo o por primera vez. Tendrás la bendición de ver cómo este hombre de Dios, Nehemías, abordó lo que parecía una tarea imposible: reconstruir los muros de Jerusalén, y lo hizo en un tiempo récord.

En el capítulo dos, versículo ocho, Nehemías dice:

El rey accedió a mi petición, porque Dios estaba actuando a mi favor. 

Nehemías le había pedido a su jefe, el rey, un tiempo libre para regresar a Jerusalén y reparar los muros. Esta fue una petición valiente de su parte y oró mucho antes de pedirla. Pero él creyó que era la voluntad de Dios que él hiciera esto, y se armó de valor y pidió permiso.

Cuando el rey concede su petición, inmediatamente alaba y da crédito al Señor y a su mano misericordiosa. Nehemías fue un hombre verdaderamente humilde, que se apresuró a darle a Dios la gloria por su éxito. No era demasiado orgulloso para pedirle al rey este favor, y cuando se lo concedió, se mostró humilde y no orgulloso de ello. Sin alardes de su parte, sino verdadera humildad.

Ya sabes, para ser un líder eficaz, primero debemos saber cuándo necesitamos ayuda de los demás y cómo pedirla. Nehemías hizo su petición de manera muy respetuosa, plenamente consciente de su posición ante el rey. Nunca podría haber regresado a Jerusalén para construir esos muros sin el permiso del rey, y una vez que se lo concedieron, no se regodeó ni lo dio por sentado. Dio alabanza a Dios.

Creo que una de las cosas que debe hacer un buen líder es saber cuándo pedir ayuda y dónde acudir para obtenerla. Ninguno de nosotros es una isla, como nos recuerda un poeta, y necesitamos de los demás. Una y otra vez en las Escrituras vemos este principio de nuestra dependencia unos de otros en el cuerpo de Cristo y la importancia de trabajar juntos. Una de las lecciones que tuve que aprender como líder es que no es un signo de debilidad admitir que se necesita ayuda. Tampoco es una imposición pedir ayuda a otros. La mayoría de las veces, abres oportunidades para que otros utilicen sus dones y sean parte del éxito al pedirles ayuda.

Aprende del ejemplo de Nehemías de buscar ayuda cuando se necesita y dar crédito cuando corresponde. Una vez más, es señal de un buen líder y de una persona madura reconocer el papel que han desempeñado los demás y darles crédito por sus contribuciones.