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Un libro de Tom Holladay titulado Los principios de las relaciones de Jesús brinda información muy útil sobre nuestras relaciones. Voy a compartir algunas de las pepitas de oro que encontrarás en este libro.

Como he dicho a menudo, las relaciones son el papel de lija de nuestras vidas. Casi siempre son nuestro mayor desafío y, sin embargo, Tom señala que nada es más importante que las relaciones. Él dice: “Una vida sin relaciones puede ser una vida simple, pero también es una vida vacía” (p. 27), y eso es muy cierto. Por lo tanto, tu y yo debemos dar un gran valor a nuestras relaciones. ¿Valoras tus relaciones más que el dinero? ¿Más que éxito? ¿Más que hacer tus propias cosas?

En Filipenses 2: 3-4 leemos: “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.”. Si realmente consideramos a los demás mejores que nosotros y miramos sus intereses, definitivamente estaremos dando un gran valor a las relaciones en nuestras vidas.

¿Cómo vivimos este principio de considerar a los demás mejores que a nosotros mismos? Tom señala que tienes que salir de ti mismo para que cambien tus relaciones. Por ejemplo, cuando alguien te interrumpe, tal vez un compañero de trabajo que te hace una pregunta, y te irrita la interrupción, tienes que salir de ti mismo para considerar su interés en lugar del tuyo propio.

Encuentro que puedo practicar mucho este principio cuando conduzco. Por ejemplo, alguien está tratando de abrirse paso hacia la línea de tráfico que tiene delante en lugar de esperar su turno. Mi sangre empieza a hervir y todo en mí quiere evitar que esa persona se me ponga delante. Pero si puedo detenerme y pensar, tal vez tenga una emergencia real, o si puedo recordar algunas veces que lo he hecho yo misma, entonces puedo permitir que esa persona esté en la fila, bajar mi presión arterial y poner el interés de esa persona por delante de mi misma.

Hoy o mañana, mientras afrontas el día que te espera, pídele a Dios que te ayude a practicar este principio de salir de tí mismo y estar dispuesto a poner a otra persona en primer lugar. Ya sea en el tráfico, en la oficina o en tu casa, podrías ver algunos cambios dramáticos en esas relaciones porque pones a la otra persona en primer lugar.