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Probablemente hayas escuchado muchos sermones sobre Romanos 12:1-2, donde se nos dice que ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificios vivos. ¿Eso significa ingresar en un monasterio, caminar sobre brasas, arrojarnos a los leones? Queremos obtener una visión bíblica de lo que significa presentar el cuerpo como sacrificio vivo.

Este sacrificio es vivo, no muerto. Eso es alentador. Presentar nuestros cuerpos no implica ninguna muerte física ni castigo corporal. Pero, ¿qué significa?

Bueno, leemos en Romanos 6:19b: Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad.

¿Alguna vez te diste cuenta que has estado ofreciendo tu cuerpo como sacrificio todo este tiempo? Es cierto; todos lo hacemos a lo largo de la vida. Por ejemplo, cuando renuncias a tus pies para ir a donde te lleva el pecado, a lugares equivocados, tus pies son esclavos de la impureza y la maldad. Cuando tu lengua habla palabras que duelen y dañan, tus manos para hacer cosas que no agradan a Dios, tus ojos y oídos ven y oyen la basura de este mundo, eso es lo que significa sacrificar partes de tu cuerpo a la impureza. Y todos lo hemos hecho.

Algunas personas sacrifican sus cuerpos por cosas triviales y sin sentido. Si bien es posible que no se los clasifique como malvados, sus manos y pies, ojos y oídos, lenguas y corazones son sacrificados a actividades que consumen mucho tiempo y que son en gran medida insignificantes.

Pero, como hijos de Dios, tú y yo tenemos la oportunidad de ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo para darle gloria a Jesús. En lugar de usar tu cuerpo en actos de maldad y trivialidad, puedes, si así lo deseas, ser parte del plan eterno de Dios y hacer que su poder actúe a través de tu cuerpo. Entonces tus manos, tus ojos, tus pies, tu lengua y todas las demás partes de tu cuerpo serán sacrificios vivos para Dios en lugar de hacerlo para el mal. Y esto conduce a la santidad en tu vida. Presentar tu cuerpo como un sacrificio vivo comienza a parecer más un privilegio que una tarea monótona, ¿no es así?

Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cómo ofreces tu cuerpo como sacrificio vivo? He encontrado algunas formas prácticas de hacerlo a diario que han marcado una diferencia en mi vida.