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¿Por qué fue Jesús un líder tan grande? Tenía las mejores habilidades interpersonales de todos los tiempos. Permíteme señalar brevemente sólo algunos ejemplos.

Pudo comunicar una visión de lo que las personas podrían llegar a ser. “Síganme”, dijo a unos pobres pescadores, “y los haré pescadores de hombres”. Les dijo a sus discípulos que harían cosas aún mayores que las que él había hecho. Comunicó maravillosamente la visión y la importancia de lo que le pedía a la gente que hiciera.

Otra razón por la que Jesús fue una persona tan maravillosa es que dejó muy claros los beneficios y las recompensas. “Vine a darles vida en abundancia”, prometió. “Grande será su recompensa en el cielo”, les dijo. “Voy a preparar un lugar para ustedes”, dijo también. Entendió la importancia de los beneficios y recompensas relacionados con el trabajo.

Jesús fue maravilloso con la gente porque estaba dispuesto a perdonarlos y darles muchas segundas oportunidades. No se dio por vencido con alguien sólo porque había fracasado. Piensa en Pedro; Negó a Jesús tres veces, pero Jesús lo restauró a la comunión y Pedro se convirtió en la roca de la iglesia primitiva.

Y Jesús pudo relacionarse tan hermosamente con la gente porque tenía una actitud de siervo. Vino a servir, no a ser servido, dijo, y lo demostró una y otra vez. Imagínate: el Dios-hombre viniendo a la tierra para servir a la humanidad. Increíble pero cierto. Era un servidor.

Pero, sobre todo, Jesús tuvo éxito como líder porque realmente amaba y se preocupaba por cada individuo y anteponía sus intereses a los suyos propios. Amaba tanto que murió… por mí y por ti. No es de extrañar que haya cambiado el curso de toda la historia. ¿Hubo alguna vez alguien como él? ¡No nunca! Pero la increíble noticia es que, como creyentes, tenemos su Espíritu en nosotros y estamos siendo transformados a su imagen.

Pregúntate, ¿cómo son tus habilidades con las personas? ¿Comunicas una visión a la gente? ¿Estás dispuesto a recompensar a quienes lo logran? ¿Le das a la gente una segunda oportunidad? ¿Eres un líder servidor? ¿Y realmente te preocupas por los demás? Esos son algunos de los atributos que hicieron a Jesús tan especial.