Play

Conocer la paz constante en nuestras vidas, aunque tengamos presión y estrés con los que lidiar, debe ser una marca registrada de los cristianos.

Por supuesto, Jesús es nuestro ejemplo supremo de esta capacidad de ser pacíficos a pesar de las presiones. La gente siempre estaba acercándose a él, tratando de hablar con él, tratando de tocarlo. Le costaba encontrar un espacio o tiempo para sí mismo. Estaba constantemente bajo presión. Pero me doy cuenta de que no importaba lo ocupado que estaba o lo mucho que había que hacer, encontraba tiempo para estar a solas con Dios. R. A. Torrey escribió algo que copié en la parte de adelante de mi diario de oración y al que me refiero con frecuencia. El escribio:

“Algunas personas están tan ocupadas que no encuentran tiempo para orar. Aparentemente, cuanto más ocupada estaba la vida de Cristo, más oraba. A veces no tenía tiempo para comer, a veces no tenía tiempo para descansar o dormir, pero siempre se tomaba tiempo para orar; y cuanto más se llenaba el trabajo, más oraba”.

Muchas veces, cuando nuestros horarios están muy llenos y la presión comienza a caer sobre nosotros, lo primero que sacrificamos es nuestro tiempo con el Señor. Esa es una de las razones por las que muchos cristianos no tienen paz real en su vida cotidiana. No han pasado tiempo con el Príncipe de la Paz, no han podido ir a la fuente de la paz, por lo que enfrentan sus propias presiones.

Recuerdo un período de tiempo cuando las presiones y los plazos eran grandes, así que sacrifiqué mi tiempo de oración por unos días. En su manera tan gentil, Dios me mostró que cuando sacrifico tiempo de oración para aliviar las presiones, hago exactamente lo contrario: aumento mis presiones. Él dijo: “Pasa tiempo conmigo, aprovecha mi fuerza. Me necesitas ahora más que nunca. Y yo tomaré el tiempo restante y lo estiraré para cumplir con las responsabilidades”.

Tu falta de paz en medio de la presión puede deberse a que has sacrificado tiempo con el Príncipe de Paz. Lo siento, pero simplemente no funcionará. Dale a Dios el tiempo que necesitas para estar con él y verás cómo estira el resto de tu tiempo para ti.