Play

Presentado por Lauren Stibgen

Algunos días simplemente me siento sola. Vivir tu fe en el trabajo a veces puede parecer difícil, especialmente si no tienes a alguien con quien compartirla. Una de las formas en que he descubierto que puedo vivir mi fe en el trabajo es orar por los perdidos.

“A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».” (Mateo 9:37-38).

Se me ocurre que una de las razones por las que muchas veces me siento sola en el trabajo es porque miro mi “labor” o “trabajo” incorrectamente. Como podemos ver en este versículo de Mateo, los trabajadores son pocos. Pocos! Cuando considero mi verdadero trabajo, en realidad no se trata de lo que hago en mi escritorio.

Estoy llamada a trabajar duro en todo, para darle gloria al Señor, pero mi atención debe estar en la cosecha. Sabiendo que soy una de las pocas que trabajan por Su reino, también necesito estar en oración por cómo me ven los demás en mi trabajo. ¿Cómo estoy cumpliendo el mandamiento más grande de amar al Señor mi Dios con todo mi corazón, alma y mente, y amar a mi prójimo como a mí misma? Debo empezar pensando en mis superiores, colegas y subordinados como mi prójimo.

La palabra amor suena profunda para algunos lugares de trabajo, pero quiero desafiarte a que una de las formas en que puedes amar en el trabajo, sin que nadie lo sepa, es orar por quienes te rodean. Tal vez empieces a orar por alguien necesitado en secreto, pero eventualmente pregunta si puedes orar por esa persona. El simple hecho de saber que estás orando puede consolar a alguien, incluso si no tiene fe como tú.

Y no te preocupes por ofender a alguien. He descubierto que te avisarán si no quieren orar… sí, he tenido a alguien que me ha dicho que NO ore.

Orar por los demás es una manera de mostrarles a los demás el amor de Cristo, pero también podemos orar por cómo reflejamos a Cristo y atraemos a los demás. 2 Corintios 4:6 nos dice…”Que haya luz en la oscuridad”… para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo”.

Ora por tus palabras. Esto puede parecer simple, pero los chismes y la crueldad llegan rápidamente al lugar de trabajo. ¿Cómo puedes estar orando para que “Ninguna palabra obscena salga de tu boca sino la que sea buena para edificación” (Efesios 4:29)?

Ora por tu excelencia. A menudo, nos despertamos y no sabemos cómo vamos hacer el trabajo. Quizás sea un proyecto que no amamos o una fecha límite que nos está causando estrés.

Ora para que Dios te envíe a alguien, que te envíe a los perdidos. He hecho de esta oración una constante y Dios se ha manifestado de manera audaz. Más de una mujer se ha sumado a un llamado de oración y ha comentado que se unieron sin saber por qué, y haber encontrado el llamado por casualidad.

Jesús nos dice que habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por los noventa y nueve justos que necesitan arrepentimiento (Lucas 15:7).

Más alegría en el cielo. ¡Esto es algo por lo que orar!

¡Padre celestial, danos corazones para buscar a los perdidos en el trabajo y reflejar tu luz gloriosa para que otros conozcan tu gloria en Cristo Jesús!