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Presentado por Lauren Stibgen

¿Qué tienen en común la oración y el trabajo? Durante muchos años separé mi vida de fe de mi vida laboral. Dios estaba reservado para los domingos o mis horas libres, y la oración parecía una actividad antes de dormir. Eso fue hasta que me convencí de la oración después de completar un estudio bíblico sobre Elías. Elías sólo tuvo lo que el Señor le proveyó.

En tan solo unos pocos capítulos de 1 Reyes 17-19, vemos cómo Elías se acerca al Señor y debe confiar únicamente en Él. Primero vemos a Elías clamar al Señor en una oración audaz por la vida del hijo de la viuda. Su oración es contestada.

“El Señor escuchó el clamor de Elías, y la vida del niño volvió a él, y vivió”. (1 Reyes 17:22).

Su segunda oración audaz viene en el Capítulo 18, versículos 36-37. En su repetida súplica, “Respóndeme, oh Señor, respóndeme…” vemos que Elías implora a Dios que le muestre que él es el Señor Dios al consumir con fuego una ofrenda empapada.

En el libro de Santiago versículo 5:17-18 notamos que Elías “era un hombre de naturaleza semejante a la nuestra”, y que “oraba fervientemente”. ¿Cómo podría cambiar mi trabajo cambiando mi perspectiva sobre la oración? Me di cuenta de que la “obra” de Elías era del Señor y que la mía también lo era. La oración tenía que ser parte de mi trabajo.

En un vuelo nocturno de regreso a Chicago programé mi primera reunión de oración para mujeres trabajadoras: el miércoles a la hora del almuerzo. Sonó bien, a mitad de semana, podría pasar. Sabía que necesitaba orar por los demás y quería que otros oraran por mí. ¿Alguien aparecería?

En ese vuelo oré para que, incluso si una sola mujer necesitara oración, mi corazón se llenara de alegría. No solo una, sino 4 mujeres se unieron y oramos. Oramos por oportunidades, por conversaciones difíciles y por sentimientos de dolor y rechazo. Durante el último año, estas llamadas entre semana se han convertido en parte de mi trabajo, mientras oro por las muchas necesidades y cuento las respuestas a la oración y la bondad de Dios.

“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes” (Efesios 6:18).

Continuaremos analizando diferentes formas de orar por tu trabajo y cómo éste te transformará y te acercará a Dios.