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Presentado por Julie Busteed
Solía pensar que había temporadas de espera en Dios, pero ahora creo que siempre espero algo de él. Tal vez esperar alguna dirección en algún área de mi trabajo, esperar que algo termine o esperar el próximo gran acontecimiento. Pero, ¿acaso no estamos siempre esperando escuchar de él? Y ya que siempre estamos en esta «sala de espera» del tiempo de Dios para una cosa u otra, ¿cuál es el propósito? ¿Cuál es el beneficio?
Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan! (Isaías 30:18).
Esperamos confiados en el Señor; él es nuestro socorro y nuestro escudo. En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. (Salmo 33:20-22).
Hay una bendición en la sala de espera. Hay esperanza. No siempre es mi lugar favorito, pero ya no me siento tan ansiosa como antes. He crecido en mi confianza en Dios, en que él tiene lo mejor para mí, aunque parezca difícil. Sé que puedo confiar en él pase lo que pase.
Y mis metas y mi enfoque se centran cada vez más en mi esperanza en él. Sí, tú y yo vivimos en el mundo presente y vivimos en un mundo caído. Pero si eres seguidor de Cristo, hay esperanza de vida eterna con Dios. Cuanto más lo conozco, leo y estudio su Palabra, oro y me reúno y hablo con otros seguidores de Cristo, más puedo confiar en su tiempo. No es que nunca sea frustrante ni aterrador, pero sé que nunca me dejará ni me abandonará.
¿Tienes confianza en tu relación con él? Si no, por favor, tómate un tiempo ahora mismo para orar y pedirle ayuda para adentrarte en su Palabra. Solo Él es nuestra esperanza y salvación. Es confiable y amoroso. Él espera para mostrarte su misericordia.
Si te cuesta esperar en Dios y tener paciencia para soportar una situación, piensa en esto. El silencio de Dios no significa que no le importes. Él te escucha y te conoce. Pero tal vez tenga algo mejor en mente para ti. O tal vez la respuesta sea no o no ahora mismo. Pero estás fortaleciendo tu fe mientras esperas y confías en él. Creo que Oswald Chambers lo expresa maravillosamente:
Algunas oraciones son seguidas por el silencio (de Dios) porque están equivocadas, otras porque son más grandes de lo que uno puede comprender. Será un momento maravilloso para algunos de nosotros cuando nos presentemos ante Dios y descubramos que las oraciones que clamamos en nuestros primeros días e imaginamos que nunca serían respondidas, han sido respondidas de la manera más asombrosa, y que el silencio de Dios ha sido la señal de la respuesta (Chambers, Oswald, Oswald Chambers Daily Thoughts for Disciples, Christian Literature Crusade, 1976, p. 75).