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¿Alguna vez has leído Proverbios 31 y has tenido ganas de dejar de leer? Me canso cuando leo acerca de la supermujer representada en ese famoso último capítulo de Proverbios. ¿Qué mujer puede estar a la altura de este ideal?

Bueno, me alienta darme cuenta de que probablemente esta no sea la descripción de una mujer específica, sino una imagen de las características de una mujer piadosa. Y si te enfocas en el versículo 30 de ese capítulo, te animará:

El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al Señor será sumamente alabada.

La belleza de esta mujer de Proverbios 31 está en que temía al Señor. Su enfoque central no era complacer a la gente, no establecer nuevos récords, no demostrar que podía hacer lo que quisiera, no luchar por sus derechos, sino temer al Señor. Si tú y yo queremos ser como esta mujer ideal, entonces lo que debemos aprender a hacer, es temer al Señor, porque así seremos mujeres para ser alabadas por Dios.

Cualquier mujer puede ser una mujer que teme al Señor si así lo desea. Puede haber muchas cosas que no puedas hacer, muchos caminos que nunca se te abrirán, muchas montañas que nunca escalarás, muchos premios que nunca ganarás. Puedes pensar que eres insignificante en comparación con otras mujeres y lo que hacen. Pero anímate hoy; puedes ser una mujer digna de alabanza si temes al Señor.

A lo largo del tiempo, las mujeres a menudo se han caracterizado por ser engañosas y manipuladoras, y la belleza física siempre ha sido la forma en que el mundo mide a una mujer. Pero cuando leo que el encanto es engañoso y la belleza es fugaz, me dice que estas características superficiales y no duraderas —el encanto y la belleza— no son los criterios de Dios, y no estamos sujetas a ellos.

Las mujeres de hoy en día a menudo están muy enfocadas en estar libres de estereotipos y roles tradicionales. Esta mujer de Proverbios 31 encontró su libertad al temer al Señor, y créanme, ahí es donde encontraremos la nuestra. Déjame decirte, como alguien que lo ha intentado en ambos sentidos, la verdadera libertad llega cuando te comprometes a ser mujer de Dios y lo conviertes en el centro de tu vida.

¿Qué significa ser una mujer que teme al Señor? ¿Has pensado en eso?