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Esta semana les presento, nuevamente, a la familia Tator. Si nunca los has conocido, querrás conocerlos. La mayoría de nosotros podemos aprender mucho de los Tators. Ayer conocimos al padre de esta familia, Dick Tator (El Dictador).

Hoy me gustaría presentarles a la madre de la familia Tator, Emmy Tator (La imitadora). Emmy es una buena mujer, pero, para ser sincera, pasa la mayor parte del tiempo preocupándose por lo que los demás piensen de ella, tratando de ser como los demás, tratando de encontrar aceptación siguiendo el ejemplo de la multitud. ¿Has conocido a Emmy?

Emmy Tator (La imitadora), a veces está obsesionada y es adicta a su necesidad de la aprobación de los demás. A menudo está insatisfecha consigo misma y parece estar muy frustrada a veces. Eso es porque está tratando de complacer a todos y ser como todos los demás.

Ahora bien, ciertamente no quisiera que Emmy se propusiera deliberadamente ser diferente solo por el hecho de ser diferente. Pero es muy importante que se dé cuenta de que no hay forma en este mundo de que pueda complacer a todos. Esa ha sido una lección difícil de aprender para mí. Parece que creo que, si me esfuerzo lo suficiente, seguramente todos me querrán y me aprobarán. Pero eso nunca funciona. En verdad no se puede complacer a todas las personas.

Emmy Tator (La imitadora), necesita darse cuenta de que es original, creada por Dios para ser única, y que no necesita imitar a nadie más. Emmy necesita que le recuerden que cuando se compara con los demás y trata de ser como ellos, en realidad está diciendo que Dios ha cometido un error en la forma en que la creó y que ella podría haber hecho un mejor trabajo que Dios en su diseño. En lugar de aceptar quién es en Cristo, sigue tratando de ser otra persona. Pobre Emmy Tator (La imitadora). Esa es una manera frustrante de vivir.