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Como seguidores de Jesucristo, debemos ser los primeros en intentar erradicar estos malos hábitos de la mala educación y reemplazarlos por simples cortesías. Los buenos modales no tienen por qué seguir siendo un recuerdo del pasado.

Algunos ejemplos de falta de cortesía en el lugar de trabajo son los comentarios insultantes, menospreciar el trabajo de alguien, difundir rumores falsos y el aislamiento social. Te propongo que lo tomes como un desafío personal: hacer todo lo posible para acabar con la falta de cortesía en tu mundo.

Esta es mi segunda sugerencia: asegúrate de preguntarle a al menos una persona todos los días cómo está y luego escucha su respuesta. No dejes que se las arregle con la típica respuesta de “estoy bien, gracias”, sino que indaga un poco. Tal vez sepas que no se ha sentido bien últimamente, así que pregúntale cómo se siente. Tal vez esté bajo mucho estrés en su trabajo y puedes preguntarle al respecto. La parte más importante de esta sugerencia es que preguntes y escuches con sinceridad. A veces, esto puede abrir una puerta para que les asegures que orarás por ellos.

Hay muy pocas personas en este mundo que se opondrán a que ores por ellas, incluso si ellas mismas no oran. Cuando las personas se sienten cuidadas, cuando creen que al menos una persona aprecia lo que hacen o lo que están atravesando, afectará la forma en que tratan a los demás. Y esto podría causar una reacción en cadena de personas que se preocupan por los demás. ¡Imagina cómo eso mejoraría la moral en tu lugar de trabajo!

Al combinar estas dos sugerencias, haz que tu intención sea decir por favor y gracias cada vez que sea apropiado y mostrar interés y preocupación por al menos una persona todos los días. Marcará una diferencia, tú marcarás una diferencia, y Jesús será honrado por tus acciones.

Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, santo y amado, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia (Colosenses 3:12).

Ponte estos hermosos atributos cada día y te prometo que harás una gran mella en la lucha por revertir la incivilidad en tu mundo.