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Aunque suene demasiado bueno para ser verdad, te aseguro que hay alegría en poner las disciplinas necesarias en tu vida. Pero como todo lo que vale la pena, requiere de compromiso y trabajo de nuestra parte. Te recuerdo que todos debemos sufrir uno de dos dolores: el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento.

Quiero mencionar dos buenos hábitos de trabajo que contribuirán en gran medida a que tengas éxito:

Estar a tiempo

¿Tienes dificultad para llegar a tiempo? Tal vez sea porque no te levantas lo suficientemente temprano, de lo que hablamos antes. Si tu rutina matutina es prisa, prisa, prisa porque no te levantas de la cama sino hasta el último minuto, entonces verás cómo la falta de disciplina en un área se extiende a otras áreas de tu vida. Y llegar tarde habitualmente no muestra una consideración como la de Cristo por los demás y su tiempo.

Cualquiera que sean las excusas que hayas inventado para justificar llegar siempre tarde, si estás dispuesto a ser disciplinado, reducirás en gran medida el estrés en tu vida. Perpetuamos la mayor parte de nuestro estrés por nuestra falta de disciplina, y este es uno de esos ejemplos de estrés innecesario, causado por la tardanza.

Pon algunos recordatorios en tu sitio; configura tu teléfono o reloj para que te recuerde cuándo debes llegar a tiempo. Averigua qué tienes que hacer para romper este mal hábito e imponerte esa disciplina. Házlo durante una semana y mira la diferencia que hace. Estarás enganchado.

Cumplie tus Promesas y Compromisos

Este es el segundo buen hábito de trabajo que marcará la diferencia. La Biblia dice: “Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza.” (1 Corintios 4:2).

Cuando haces una promesa o un compromiso, los demás confían en que lo cumplirás, ¿verdad? Entonces, debes ser fiel, no es una opción. En Eclesiastés leemos: “Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos” (Eclesiastés 5:5). Otra forma de decirlo es “promete menos y haz más”. Cumplir las promesas requiere disciplina. Se necesita mantener un registro cuidadoso de lo que prometiste hacer y luego simplemente hacerlo como lo prometiste. Simple, pero requiere disciplina y te dará grandes recompensas cuando lo hagas. Estarás feliz, gozoso, de haber sido disciplinado.