Play

Si eso parece una contradicción, ¿cómo podría ser alegre la disciplina? Quédate conmigo y verás a qué me refiero. Primero, sería bueno definir exactamente lo que quiero decir con ser disciplinado. Aquí hay una buena definición:

“La disciplina es la capacidad de obligarte a hacer algo que no quieres hacer para obtener el resultado que realmente quieres obtener”.

A eso me refiero con disciplina. Tengo que imponerme disciplina porque no es natural ni fácil para mí. Pero he vivido lo suficiente para saber que, sin imponer disciplina en mi vida, nunca obtendré los resultados que quiero. Sin embargo, lo que es más importante, nunca haré todas las buenas obras que Dios planeó para mí, sin ser disciplinada.

Aquí hay una disciplina que marca la diferencia en tus responsabilidades diarias y también en tu bienestar espiritual. Y esa es la disciplina de levantarte lo suficientemente temprano cada día para comenzar bien el día, tener tiempo para leer la Biblia y orar por el día que tienes por delante, para comenzar sin estrés ni caos.

Ya sabes, tu día se gana o se pierde en las horas de la mañana. ¿Eres capaz de obligarte a levantarte de esa cama para poder obtener el resultado que deseas para el día? Oh, creo que puedo escuchar a alguien decir: “¡Pero no soy una persona madrugadora!” De acuerdo, tal vez sea cierto que eres más un ave nocturna, pero esta es la cuestión: tu día comienza temprano, al menos para la mayoría de nosotros, y si no aprovechas esas horas tempranas, te estás perdiendo una gran oportunidad para conseguir un verdadero salto en tu día.

Entonces, déjame animarte a imponer esta disciplina de levantarte lo suficientemente temprano para comenzar bien el día. El salmista lo expresó de esta manera:

“Sácianos cada mañana con tu amor inagotable, para que cantemos de alegría hasta el final de nuestra vida” (Salmo 90:14).

Levantarte temprano te ayudará a cantar de alegría y estar contento todo el día. ¡Intentalo!