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He aquí un problema real de negocios que algunos de ustedes han enfrentado. Tu trabajas en ventas y tu jefe te ha pedido que hables sólo de los aspectos positivos de su producto e ignores, o minimices seriamente, los negativos. Tu te sientes incómodo porque esto parece estar muy cerca de mentir. ¿Qué haces?
Mi carrera comenzó en ventas, así que entiendo el dilema. Una cosa que hay que recordar es que todos los productos tienen sus fortalezas y debilidades. El trabajo de ventas es enfatizar los beneficios de las fortalezas y superar las objeciones a las debilidades. Eso es marketing, y si se hace correctamente, no es deshonesto.
Es de esperar que tengas un producto en el que creas y que puedas vender honestamente como un beneficio para tus clientes. Si ese no es el caso y en cambio sientes que tienes un producto inferior, que es engañoso y/o defectuoso, entonces debes decidir si estás trabajando para la empresa adecuada. Un requisito previo para un cristiano en ventas, en mi opinión, es tener un producto o servicio que aporte beneficios a sus clientes.
Si bien tu discurso de ventas no tiene por qué incluir los aspectos negativos, debes estar preparado, como buen vendedor y, lo que es más importante, como persona honesta, para hablar sobre las deficiencias de tu producto. Si el cliente potencial hace preguntas que exponen esas deficiencias, debes ser muy honesto al respecto. De ninguna manera sería correcto que niegues o encubras deliberadamente las debilidades de tu producto o servicio.
Por supuesto, debes estar preparado para compensar la deficiencia con un beneficio. Esta es la habilidad de vender; se llama “manejar objeciones”, y los buenos vendedores aprenden a hacerlo. Pero como cristiano, nunca debes hacerlo a costa de la honestidad.
Si sientes que se te está pidiendo que hagas algo deshonesto y te molesta la conciencia, entonces debes actuar.
Romanos 14:14 nos dice que, si alguien considera algo inmundo, entonces para él es inmundo. Y el versículo 23 dice que la persona que participa de algo que cree que es malo es condenada, porque no está actuando con fe.
Ora y si sigue molestándote, Dios te mostrará qué hacer. No vayas en contra de tu conciencia. Serás miserable y tampoco podrás vender muy bien.