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Presentado por Lauren Stibgen

Ayer aprendimos que Dios es omnipresente: en todos los lugares, en todo momento, a la vez. Él nos ve. Pero Dios también nos escucha, ¡incluso cuando no estamos hablando!

Señor, me has examinado y me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; percibes mis pensamientos desde lejos (Salmo 139:1-2).

El Salmo 139 es claro. Dios puede discernir nuestros pensamientos. Incluso cuando estás pensando algo, Dios es Elohim Shama, un Dios que escucha.

¡Aun así, Dios ama cuando hablamos con Él directamente a través de la oración!

No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:6-7).

El trabajo, la familia y la vida en general pueden ser frustrantes. A veces, al no tener a nadie con quien desahogarnos, podemos mantener nuestros sentimientos guardados. Esto puede aumentar el estrés e incluso causar desesperación si se prolonga durante mucho tiempo. Especialmente en el trabajo, puede haber desafíos de los que sea difícil hablar con los demás. Tal vez se trate de un conflicto con un colega o jefe, o tal vez estés considerando un nuevo puesto. Tal vez no estés contento con los comentarios que recibiste. O, por el contrario, estas feliz de haber recibido una excelente evaluación. ¡Dios quiere saber de nosotros!

Él nos pide que le llevemos todo. Todo. Con “todo” en mente, piensa en la última vez que te enojaste con Dios por algo. ¿Y esa vez que dijiste una pequeña mentira? O tal vez estás sopesando una decisión personal muy importante. Dios también quiere escuchar sobre esto. De hecho, honras a Dios en oración porque él ya conoce y discierne cada uno de tus pensamientos.

Tal vez sientes que no sabes qué orar o cómo orar. Eso también está bien. El Espíritu Santo puede ayudarnos en nuestra debilidad.

No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles (Romanos 8:26).

¡El Espíritu Santo intercede por nosotros! Ya sea que Dios discierna nuestros pensamientos o que el Espíritu Santo interceda, también debemos darle gracias a Dios.

En los momentos en que nos sentimos derrotados y no escuchados, a veces lo único que podemos darle a Dios es agradecimiento por saber que él es Elohim Shama, el Dios que te escucha.

Dios me provee, me ve, me escucha.