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Presentado por Lauren Stibgen

Todos hemos estado allí. Sientes las llamas ardientes del enemigo picar en acción. Todos enfrentamos pruebas en el trabajo, pero la forma en que las manejamos es otra forma en que podemos reflejar nuestra fe a través de nuestro trabajo y expresar una actitud de Colosenses 3:23.

Santiago 1:2-3 nos dice, hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce perseverancia…

Cuando las pruebas nos golpean en el trabajo, es posible que nos resulte muy difícil disfrutar de la alegría, pero la forma en que manejemos las pruebas también dirá mucho a aquellos con quienes trabajamos.

No importa qué puesto de trabajo ocupes, recibir comentarios constructivos sobre tu desempeño, ser objeto de chismes o ser aprobada para un ascenso pueden ser algunas de las cosas más difíciles personalmente he pasado.

Tal vez el juicio no se trate de ti personalmente, pero llevas la carga de saber que tu empresa podría estar considerando despidos o incluso un recorte salarial.

Los sentimientos aumentan. Sentimos ira, frustración, menosprecio, ansiedad, ansias de tomar represalias o chismear a cambio, desconectados en general. Todo esto es natural, pero no es la forma en que el Señor nos llama a responder. De hecho, Dios usa estas pruebas para acercarnos más a él y depender más de él.

En Éxodo 14:13-14, Moisés respondió al pueblo: “ —No tengan miedo —les respondió Moisés—. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos!. Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.

Se necesita tiempo para procesar las emociones durante un juicio. Esos sentimientos quieren derramarse, pero si queremos mostrar nuestra fe a través de nuestro trabajo, expresar nuestra ira, frustración, ansiedad o palabras dañinas no muestra nuestra fe en absoluto.

¿Qué pasaría si en el momento de una respuesta difícil, un chisme o una decepción, decidieras guardar silencio y no reaccionar, para mantenerte firme en tu fe sabiendo que el Señor obrará por ti? No necesitas hacer nada en ese momento, pero recuerda que el Señor pelea nuestras batallas y camina con nosotros en nuestras pruebas.

Adoptar este enfoque te permite procesar una respuesta diferente: una respuesta bíblica y fiel. Después de todo, los comentarios constructivos pueden ser difíciles de escuchar, pero pueden ayudarte a crecer. No recibir esa promoción puede significar que Dios tiene algo mejor por delante. Volar por encima de los chismes que se dirigen hacia ti y recordar la recompensa que tienes en Cristo puede refrescar tu actitud. ¡Dios incluso nos llama a pagar a nuestros enemigos con bondad!

Yo personalmente he experimentado todo lo que he hablado aquí. Sin embargo, aferrarme firmemente a la Palabra me ha ayudado a aprender a no reaccionar sino a apoyarme en el Señor.