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He estado hablando de cómo estar contento en un trabajo que odias.  Fíjate que no dije “con” un trabajo que odias, sino “en” un trabajo que odias. Creo que hay momentos en los que debes buscar activamente otro trabajo u otra carrera, cuando lo correcto es encontrar un lugar para trabajar que use mejor tus habilidades u obtener más educación para que puedas avanzar a mejores trabajos, o simplemente encontrar un mejor ambiente de trabajo.

Pero si estás en un trabajo que odias, sin importar cuánto tiempo vayas a estar en ese trabajo, como cristiano, debes aprender a estar contento allí. El apóstol Pablo dijo que aprendió a estar contento en cualquier circunstancia, y que estaba en algunas situaciones muy malas.  Si él puede aprender contentamiento, nosotros también podemos. Permítanme contarles la historia de una mujer en Wisconsin que se encontró en un trabajo que odiaba.

Es un trabajo de fabricación con tareas repetitivas y aburridas. Se graduó de la universidad con muy buenas calificaciones, pero se encontró en este trabajo que estaba por debajo de ella.

Finalmente, después de escuchar mi mensaje sobre “La libertad de una mente cautiva”, decidió cambiar su actitud sobre ese trabajo y pensar en él como su campo misionero.  Ella comenzó a reprogramar su mente con las Escrituras, memorizando versículos sobre el trabajo y cantando canciones de alabanza en ese trabajo de fábrica.

Sus compañeros de trabajo notaron el cambio en ella.  Comenzaron a pedirle que cantara sus alabanzas, y muchas veces pudo compartir las Escrituras que estaba memorizando en conversaciones con diferentes personas. Ella comenzó a orar por sus compañeros de trabajo, y ellos comenzaron a venir a ella con sus necesidades y pedirle que orara por ellos. Ella pudo guiar a uno de sus compañeros de trabajo a conocer a Jesús como su Salvador y ha tocado la vida de todos los que trabajan con ella.  Sí, el trabajo es aburrido, pero le da tiempo para memorizar las Escrituras mientras trabaja y ese ha sido un maravilloso proceso de curación en su propia vida. Ella ha encontrado satisfacción en un trabajo que odiaba porque lo ha visto a través de los ojos eternos, y le ha pedido a Dios que la use allí. Y Él lo ha hecho.

Te desafío a pedirle a Dios que cambie tu actitud y te haga contento justo donde estás, para que seas una luz que brilla en la oscuridad en ese rincón del mundo.