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¿Alguna vez ha intentado retirar más dinero de tu cuenta bancaria de lo que depositaste? Si es así, entonces conoces el significado del término “sobregiro”. ¿Podría ser que tu estés viviendo emocional, física y espiritualmente en modo de sobregiro? Tu vida puede estar verdaderamente muy desequilibrada cuando no depositas lo suficiente en tus cuentas emocionales, espirituales y físicas para cubrir los cheques que giras de ellas. Cuando eso sucede, vives una vida desequilibrada y sobregirada, luchando contra la fatiga, el desánimo y la depresión.

Este tipo de vida desequilibrada se debe a menudo a que no depositamos las cosas correctas en nuestras cuentas, y en otras ocasiones se debe a que gastamos nuestra energía de manera muy tonta. Necesitamos saber qué es lo que nos alimenta de energía y fuerza y ​​asegurarnos de que estamos vertiendo en nuestras vidas los recursos correctos y la cantidad correcta. Luego necesitamos determinar qué consume nuestros recursos y drena nuestra fuerza, para poder equilibrar las dos cosas.

Esto requiere un procedimiento contable, y eso es algo que debemos hacer regularmente. Tienes que verificar el saldo de tu cuenta bancaria y asegurarte de mantenerlo en buen estado. Lo mismo es cierto para tus cuentas emocionales, espirituales y físicas.

Pregúntate: ¿Estoy gastando más de mi cuenta espiritual y física de lo que pongo? Francamente, tengo que enfrentarme continuamente a este problema porque necesito volver a aprender a menudo que no puedo ser todo para todas las personas, ni puedo hacer todo lo que quiero hacer. Debo establecer prioridades, aprender cuándo decir no y tomarme tiempo para reponer mis cuentas para poder seguir haciendo las cosas que Dios quiere que haga.

Eso no significa que nunca esté cansada, nunca me sienta estresada, apurada o presionada, pero sí significa que si vivo en ese modo de desequilibrio todo el tiempo, algo anda mal. Mis prioridades están confusas, o mi disciplina se ha roto, o mi calendario está demasiado lleno, o no sé cómo decir no, o alguna combinación de todo lo anterior.

Esta semana voy a tratar de darte algo de ayuda en este proceso de equilibrar tus cuentas emocional, física y espiritual. Y lo hago principalmente porque necesito volver a aprender esto. ¡Sería genial si solo tuviéramos que aprender nuestras lecciones una vez! Pero muchas veces estamos en modo de reentrenamiento.