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Si tú eres un cristiano en el mundo laboral y trabajas para otra persona, sabes que tu jefe o empleador puede tener mucha influencia en el éxito de tu trabajo y de tu carrera. Por lo tanto, tiene sentido que desees evitar cualquier error que puedas en esa relación.

Proverbios 16:16 dice: ¡ Cuánto mejor es adquirir sabiduría que oro, y el buen juicio que la plata!!. La sabiduría es más valiosa que el dinero. ¡Obtener sabiduría en tu trabajo es mejor que conseguir un aumento! Y Proverbios 13: 10b dice ” los que siguen el consejo son sabios”. Voy a compartir un pequeño consejo sabio que podría ayudarte a evitar algunos errores al tratar con tu jefe o empleador, o con la persona que tienes como autoridad sobre ti.

Error 1: quejarse de tu jefe.

Diría que es inevitable que no te guste todo lo que hace tu jefe. Es probable que encuentres algo en su estilo o habilidades con lo que no estás de acuerdo o que sientas que es ineficaz. Puedo decirles por experiencia que los jefes son blancos fáciles del cual lamentarse y quejarse en la mayoría de las organizaciones.

Un hombre con el que trabajé en mi primer trabajo de ventas me dio un buen consejo, que fue: es tu trabajo llevarse bien con tu jefe, no el trabajo de tu jefe llevarse bien contigo. Eso probablemente va en contra de nuestra cultura actual, pero déjame decirte que esa actitud funcionará muy bien para ti. Lo sé, no todos los jefes son buenos en su trabajo. Lo sé, no todos los jefes son buenos comunicadores. Y algunos jefes o empleadores son casi imposibles. ¡Lo Sé! Pero siempre que le reportes a esa persona, te harás un favor al recordar que es tu trabajo llevarse bien con tu jefe, ¡no el trabajo de tu jefe llevarse bien contigo!

Uno de los pasatiempos favoritos de muchos empleados es hablar mal del jefe y de la empresa. Si eres sabio, lo evitarás como a la plaga. Eclesiastés 10:20 dice:

Nunca te burles del rey, ni siquiera en tu mente; y no te mofes de los poderosos, ni siquiera dentro de tu dormitorio. Pues un pajarito podría transmitir tu mensaje y contarles lo que dijiste.

Lo que nos está diciendo el sabio Solomon es que hablar a espaldas de alguien con autoridad, decir cosas que no le dirías a la cara, casi siempre te saldrá por la culata. De alguna manera, esos gruñidos regresan a esa persona y descubren lo que has dicho. ¡Un pajarito les dice! Y ese es un error que deseas evitar.