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¿Qué tan bien te llevas con tu jefe? Aquí está el error número dos que se debe evitar.

Error 2: Hacer quedar mal a tu jefe

Parece que algunas personas piensan que tienen que hacer quedar mal al jefe para hacerse a un nombre, pero intentar eclipsar intencionalmente a tu jefe es uno de los errores más grandes que puedes cometer. La excepción a esto sería si descubres que tu jefe es corrupto o ilegal de alguna manera, lo cual es raro, pero por lo demás, lo mejor para ti es hacer que tu jefe se vea bien. Piensa en formas de facilitarles el trabajo; cuando puedas, haz un esfuerzo adicional para aliviarles un poco la carga de trabajo. Ellos están en condiciones de ayudarte o dañarte, así que asegúrate de evitar este error.

1 Pedro 5: 6 dice: Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor. Hacer que tu jefe se vea bien puede requerir un poco de humildad de tu parte, donde no obtienes el crédito que crees que te mereces. Pero es una forma de humillarse, y esa es una disciplina cristiana que todos debemos aprender a practicar.

Error 3: No comprender las diferencias generacionales

¡Sin duda has descubierto que las diferentes generaciones ven las cosas de manera muy diferente! Y con frecuencia la generación de tu jefe no es la misma que la tuya. Ya sea mayor o menor, puedes cometer algunos errores graves al tratar con tu jefe si no comprendes y no tienes en cuenta estas diferencias generacionales.

Por ejemplo, la puntualidad no parece ser tan importante para las generaciones más jóvenes como lo es para los grupos mayores. Las personas mayores valoran mucho llegar a tiempo al trabajo, a las reuniones, al cumplimiento de los plazos, etc. Las generaciones más jóvenes parecen ser más “relajadas”, como decimos, y tienen la actitud de que, si se hace el trabajo, no deberíamos preocuparnos por cosas tan pequeñas como llegar a tiempo. Créame, si tu jefe cree que la puntualidad es importante, tu debes darle importancia.

He observado a personas que realmente hicieron un gran daño a sus carreras simplemente por no estar dispuestas a cumplir con las expectativas razonables de su jefe o empresa. Recuerda: es tu trabajo llevarte bien con tu jefe, no el trabajo de tu jefe, llevarse bien contigo. Eso puede sonar un poco extraño para ti, pero en su mayor parte, es un buen consejo.