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Presentado por Lauren Stibgen

La soledad es el estado de estar solo o de estar alejado del ajetreo y el bullicio de un día. Al considerar el descanso diario que puede ayudarnos a equilibrar el trabajo y la vida, me intrigó la soledad. Sencillamente, no es algo que yo haga bien, pero sé que es un hábito que puede ayudarme a acercarme a Dios.

Sé que decimos que queremos tiempo a solas, especialmente en el ritmo apresurado de cada día y las prioridades en pugna, pero ¿realmente nos gusta la soledad? ¿Cómo aquietamos nuestras mentes cuando encontramos este tiempo? ¿Cómo podría ser esto?

Podemos volver a mirar a nuestro mejor modelo de descanso: Jesús. Primero, ¿cuándo y dónde encontró Jesús la soledad? Según las Escrituras, Jesús solía levantarse por la mañana mientras todavía estaba oscuro para dirigirse a lugares desolados como la cima de una montaña para estar en soledad. Sabía que hacer esto antes de que comenzara el ajetreo del día significaría menos interrupciones. También sabía que no era cuestión de simplemente levantarse de la cama o descansar tranquilamente en la cama para encontrar este espacio. Físicamente fue a otro lugar.

Muy de mañana, mientras todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario… (Marcos 1:35).

Ayer hablamos de la importancia del sueño, así que tal vez levantarse temprano no sea algo que sientas que puedas hacer todavía. ¡Poner en orden tus hábitos de sueño puede hacerte adquirir el hábito del descanso sagrado de levantarte temprano como Jesús para encontrar la soledad! Si vives en un lugar donde el clima es bueno y puedes estar en contacto con la naturaleza, ¡es maravilloso! Pero, para muchas de nosotras, que equilibramos el trabajo y los niños, el lugar solitario puede parecer un poco diferente. Así como trabajas en pequeños cambios en tus hábitos de sueño, ¿cómo puedes adaptarte de a poco para encontrar la soledad en tu espacio hogareño? ¿Hay un rincón, una esquina o una silla cómoda que te atrae?

¿Por qué Jesús buscó la soledad y qué hizo cuando estuvo realmente solo? Consideró asuntos importantes y oró a Dios. También fue así como lidió con las emociones pesadas, como la pérdida de un querido amigo o el estrés de las multitudes que lo buscaban en necesidad.

¿Te suena familiar esto? Sé que como mujer cristiana trabajadora tienes muchos asuntos importantes que considerar. Tienes estrés durante el día y, muy a menudo, experimentas cosas que perturban tu alma. Si no encuentras momentos de santo descanso en la soledad, ¿cómo puedes comunicarte con el Señor para ayudarte a discernir decisiones importantes o simplemente decirle tus sentimientos?

¿Puedes poner la alarma 15 minutos antes mañana? ¡Deja que el descanso sea tu motivación!