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(Presentado por Lisa Bishop)

Veamos una extravagante respuesta de gratitud de una mujer anónima cuya historia se cuenta en el evangelio de Marcos.

Mientras tanto, Jesús se encontraba en Betania, en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra. Mientras comía, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, preparado con esencias de nardo. Ella abrió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús (Marcos 14:3).

En otras palabras, ella vino a Jesús en una respuesta y acto de extrema gratitud.

Después de esta demostración desinteresada, vemos a los discípulos muy indignados, y alborotados cuestionan cómo esta mujer pudo desperdiciar una botella de aceite tan costoso que hubiera sido el equivalente al salario de todo un año.

Escucha cómo responde Jesús:

Déjenla en paz. ¿Por qué la critican por hacer algo tan bueno conmigo?… Ha hecho todo lo que ha podido para honrarme. Ella hizo lo que pudo y ungió mi cuerpo en preparación para el entierro. Les digo la verdad, en cualquier lugar del mundo donde se predique la Buena Noticia, se recordará y se hablará de lo que hizo esta mujer»” (Marcos 14:7, 8-9).

No sabemos mucho sobre esta mujer, cómo fue su vida o la historia de su pasado. Pero seguramente podemos suponer que ella experimentó el poder salvador y el amor extravagante de Jesús. Y experimentar el amor extravagante de su Salvador hizo que ella tuviera una respuesta extravagante hacia ese amor. Su demostración de extrema devoción y agradecimiento a Dios fue tan significativa que nada, ni siquiera ante la vergüenza, el desprecio y el escarnio de los hombres, iba a detenerla en este sentido acto.

Su acto de gratitud hacia Jesús fue tan notable que está registrado en la Biblia para que lo lean miles de millones de personas y para que nosotros lo leamos como un ejemplo 2000 años después. 

Y Jesús dice que a medida que se difunda el Evangelio, se contará su historia de devoción generosa.

Cuando sabes lo increíblemente amado que eres por Dios, no en un conocimiento mental, sino un conocimiento profundo que penetra tu mente, corazón y alma, cuando conoces este amor, no puedes evitar responder de la misma manera que ella lo hizo. La muestra de agradecimiento sin palabras de esta mujer sin nombre, su acto de adoración, es un ejemplo para mí y para ti.

¿Cómo estás mostrando tu extravagante gratitud por quién es Jesús y por lo que ha hecho en tu vida?

El acto de adoración de la mujer sin nombre fue ungir la cabeza de Jesús con aceite, ¿cuál será tu acto de adoración y gratitud?