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Presentado por Lauren Stibgen
¿Sabías que incluso si no ocupas una posición de liderazgo formal, estás llamado y calificado como líder para Jesús? Si tienes fe en Jesús, eres su embajador del evangelio. ¿Sabías que incluso Jesús buscó el Espíritu Santo al seleccionar a sus discípulos? Así como Jesús buscó esta sabiduría al calificarte, el poder del Espíritu Santo también puede actuar tanto en tu calificación como en la forma en que buscas seleccionar a otros para que formen parte de tu equipo.
Primero, considera que ser conocido como lleno del Espíritu y de sabiduría era una calificación de aquellos que fueron seleccionados para servir en la iglesia primitiva. Si realmente estás trabajando como discípulo de Jesús, ¡la presencia del poder del Espíritu Santo en tu vida es un requisito! ¡No sólo se oró por considerar tu calificación, sino que Dios es muy específico en sus asignaciones! En Hechos 16 vemos que Dios apartó a Bernabé y a Saulo para proclamar su palabra en Salamina. Si trabajas en un espacio de trabajo secular, como lo hacemos muchos de nosotros, considera tu condición y tarea para reflejar a Jesús a los demás en el trabajo.
También estamos llamados y capacitados para velar por nosotros mismos y por todo el rebaño del que el Espíritu Santo nos ha puesto supervisores, como dice en Hechos 20:28.
Si bien la referencia en esta Escritura es a aquellos en la iglesia primitiva, sabemos que aquellos que están en nuestros equipos nos han sido confiados, no solo por la empresa para la que trabajamos, sino que Dios nos ha confiado su cuidado. Si consideramos el poder del Espíritu Santo en nuestra vigilancia sobre nuestro rebaño, ¿cómo cambiaría esto la forma en que vemos a las personas de nuestro equipo? Deja que el poder del Espíritu Santo se mueva en ti para mostrarles cuidado como un pastor o un supervisor. Pero no sólo estamos llamados a velar por aquellos que nos han sido confiados, sino que este pasaje también nos llama a velar por nosotros mismos. ¡Estar atentos a cómo nos presentamos como líder y supervisor es importante tanto para ser líder en el trabajo como para ser embajador de Jesús!
Quizás te estés sumando a tu equipo. ¿Cómo puede ayudarle el poder del Espíritu Santo a seleccionar a los miembros del equipo? Cada contratación es importante. Considera cómo orar por el candidato adecuado, las preguntas correctas en la entrevista e incluso el momento en que se toma la decisión pueden afectar el resultado. Incluso la práctica de hacer una pausa para orar por estas cosas puede sacar a la luz cosas que quizás no habías considerado antes. Estadísticamente, la rotación puede costarle a una organización hasta 1,5 veces el salario del individuo si la contratación no funciona. Buscar el poder del Espíritu Santo no solo te brindará el candidato adecuado, sino que también puedes ahorrarle dinero a tu organización.
¡Wow! ¡El poder del Espíritu Santo nos califica, nos asigna y también nos ayuda a calificar y asignar a otros! Asegúrate de buscar el Espíritu en oración con regularidad.