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Presentado por Lauren Stibgen
¿A quién recurres cuando surge un conflicto en el trabajo? En un momento u otro, todos nos enfrentaremos a conflictos donde trabajamos. La forma en que respondamos a ese conflicto puede tener muchas implicaciones, especialmente si el conflicto es con un jefe o incluso con un colega cercano. ¿Cómo puede el poder del Espíritu Santo guiarte durante un conflicto?
Volviendo al libro de los Hechos, sabemos que los discípulos a menudo enfrentaban conflictos con otros líderes religiosos y gentiles locales que creían en otros dioses. De hecho, la proclamación de este evangelio por parte de Pablo impactó directamente el trabajo de muchos artesanos que hacían imágenes talladas de los dioses locales. Muchos de los conflictos; sin embargo, ocurriría en la iglesia entre judíos que querían mantener sus costumbres como la circuncisión y su creencia de que los creyentes gentiles debían aferrarse a las mismas tradiciones que los judíos. Después de mucho debate, se envió una carta.
» Pues nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponer sobre ustedes una carga mayor que estos pocos requisitos: (Hechos 15:28).
Para leer más sobre cómo llegaron a escribir esta carta, ve a Hechos 15. Pero, por ahora, en general, estos son algunos de los pasos que dieron los discípulos, claramente buscando que el Espíritu Santo los guiara a través del conflicto.
Primero, escucharon a ambos lados del conflicto. Sabemos que los gentiles se convirtieron y los judíos querían que obedecieran la ley. En segundo lugar, discutieron sus diferencias. Luego, permanecieron arraigados en los hechos, no en los sentimientos. Proporcionaron pruebas de apoyo y, basándose en ellas, llegaron a una solución que era aceptable para ambas partes. Finalmente comunicaron el resultado.
Si bien estoy segura de que a los judíos todavía les hubiera gustado que los gentiles siguieran la ley, se vieron obligados por los hechos y la evidencia de que Dios se estaba moviendo en los gentiles.
Sabemos por nuestra Escritura anterior que fue el poder del Espíritu Santo lo que impulsó esta resolución.
¿Cómo puedes seguir este patrón en tu propio conflicto? Escucha, argumenta, presenta hechos, proporciona pruebas y comunica claramente la decisión.
¡Busca el Espíritu Santo en oración a medida que avanzas en esta conversación y ve cómo se mueve el poder del Espíritu Santo! Otra observación de este conflicto es que no fue sólo un diálogo uno a uno. A menudo he descubierto que, cuando surgen conflictos en el trabajo, casi siempre es más útil contar con un tercero neutral que acompañe a ambas partes para garantizar que la discusión se mantenga encaminada.