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Sin duda disfrutaremos de las tradiciones que suelen acompañar esta festividad de Acción de Gracias (buena comida, tiempo con familiares y amigos, ver partidos de fútbol), pero ¿pensaremos en estar agradecidos?

¿Alguna vez te diste cuenta de que hay un gran poder en el agradecimiento? Curiosamente, se han realizado muchas investigaciones sobre la ciencia de la gratitud y se ha invertido mucho tiempo y dinero en descubrir qué diferencia hace en la vida de una persona que es intencionalmente agradecida. ¡Y estos estudios han descubierto que una persona agradecida es un veinticinco por ciento más feliz que una persona no agradecida!

Cuando leí sobre estos estudios pensé: ¿Por qué no me preguntaron a mí? Podría haberles dicho eso. O mejor aún: ¿Por qué no acudieron simplemente a la Palabra de Dios? Una y otra vez nos habla del poder del agradecimiento.

En el Antiguo Testamento se instruía al pueblo de Israel a traer ofrendas de agradecimiento, sacrificios que se presentaban a Dios, para darle gracias por su bondad.

“Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo.” (Salmo 50:14).

Ahora, un sacrificio significaba que tenían que traer algo que poseían al altar de Dios y ofrecerlo como ofrenda de agradecimiento. ¿Por qué crees que Dios instituyó la ofrenda de gracias? Porque el pueblo de Israel, como nosotros, era muy propenso a quejarse y lamentarse y necesitaba que se les recordara que debían ser personas agradecidas.

El poder del agradecimiento es el poder de cambiar nuestra actitud, de cambiar nuestros patrones de pensamiento, de cambiar nuestro enfoque, y eso nos cambia. Verás, el agradecimiento no puede coexistir con las quejas y los lamentos. No puedes quejarte y dar gracias al mismo tiempo. Entonces, el agradecimiento expulsa los pensamientos negativos y hace que nos concentremos en las bendiciones de nuestra vida.

Pero al igual que el pueblo de Israel, necesitamos muchos recordatorios para ser personas agradecidas. Entonces, voy a recordarnos a todos que, si realmente somos personas agradecidas, no solo seremos más felices, sino más importante aún, agradaremos al Señor. Por hoy, ¿darías una ofrenda de gracias ahora mismo? Simplemente di, si es posible en voz alta, algo por lo que estés agradecido.