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He estado transmitiendo algunas lecciones de vida que Dios me ha enseñado y todavía me está enseñando. Ya sabes, una de las características de una persona piadosa y verdaderamente humilde es ser continuamente enseñable.

Lección de vida n.º 9: cuando te enfrentes a lo que parece un desastre, pregúntate: “¿Qué diferencia hará esto mañana o dentro de cinco años o en la eternidad?”

Este es un principio que Dios comenzó a enseñarme hace años: tener una perspectiva eterna, ver todo a través de “Ojos Eternos”. Aprender a vivir ahora a la luz de la eternidad es una de las cosas que más cambiará tu vida. Pero te advierto, tienes que ser intencional al respecto y tienes que trabajar en ello todos los días.

Perdemos tan fácilmente una perspectiva realista cuando algo nos afecta personalmente. Nuestras emociones se involucran y exageramos las cosas y nos estresamos mucho por cosas que realmente no importan. De hecho, encuentro que alrededor del 80% de lo que me molesta en un momento dado ni siquiera tendrá importancia en 24 horas, ¡mucho menos en cinco años!

Ahora, obviamente, hay momentos en los que enfrentamos desastres sustanciales, pero esos son muy pocos y distantes entre sí, por regla general. Y si podemos aprender a dejar de lado todas las cosas que no importan, estaremos mucho mejor preparados para enfrentar las verdaderas pruebas que se nos presenten. Te animo encarecidamente a que pongas en práctica esta lección de vida en tu propia vida. Créeme, hará la diferencia.

Lección de Vida No. 10: Cuando Dios te da una pasión, ¡hazla!

Si quieres ser un orador, busca oportunidades para hablar. Si quieres ser escritor, empieza a escribir. Si te apasiona ser consejero, descubre cómo obtener la educación que necesitas y comienza. No esperes a que alguien te abra las puertas; si es una pasión dada por Dios, de alguna manera, hazlo.

Cuando Dios me dio la pasión de comenzar este ministerio de radio hace más de treinta años, no tenía idea de cómo comenzar. No tenía conexiones, ni experiencia, ni mentor. Pero decidí que ya no podía ignorar esa pasión y, después de mucha oración, decidí averiguar cómo iniciar un programa de radio. Una vez que di un paso de fe, Dios comenzó a abrir las puertas, y Dios nos ha sostenido todos estos años. No ignores las pasiones de Dios en tu corazón; no tengas miedo de dar el siguiente paso y ver lo que Dios quiere hacer.