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¿Alguien en tu vida te ha decepcionado mucho? La vida está llena de ese tipo de decepciones. Adivina qué, sin duda has decepcionado a algunas personas también. Bueno, ¿qué podemos aprender de Jesús al tratar con personas que nos fallan?

¿Alguna vez pensaste en cómo sus amigos más cercanos y asociados le fallaron a Jesús? Judas lo traicionó; Pedro lo negó; todos huyeron a la primera señal de problemas. Estos doce hombres fueron fracasos decepcionantes como discípulos, ¿no es así? Fueron lentos para aprender, tenían todas sus prioridades confundidas, tenían motivos ocultos para seguir a Jesús. Una y otra vez, Jesús indicó su frustración por su falta de fe y confianza en él.

Sin embargo, nunca los echó del equipo. Les permitió fallar; les permitió cometer errores; sufrió por su ignorancia y arrogancia, hasta que finalmente se convirtieron en los hombres que él pretendía que fueran.

Esta es una habilidad de las personas que todos necesitamos aprender de Jesús y aprender bien. La gente necesita tiempo para aprender y crecer. El fracaso es uno de los mejores métodos de enseñanza jamás inventado. El tiempo también es un buen maestro. Entonces, al tratar con personas, recuerda que las decepciones vienen incluidas.

¿Ha estado decepcionado con tu hijo últimamente? Recuerda cómo eras tú a su edad. Eso siempre funciona para mí, porque puedo recordar claramente las cosas tontas que hice en los primeros años, y mi hija está muy por delante de donde yo estaba. Dale tiempo a tu hijo para que crezca. Enseña, entrena y se un modelo a seguir para tus hijos, pero recuerda, ellos te decepcionarán a medida que crezcan y aprendan.

¿Tienes un empleado que te decepciona a veces? Tal vez él o ella aún no haya pulido sus habilidades verbales y, a veces, diga las palabras equivocadas. Ten paciencia con ellos. Probablemente tu también hayas cometido errores. Si esa persona puede ser enseñada, podría convertirse en uno de tus empleados más valiosos.

Otro gran principio de habilidades sociales de nuestro Maestro: Permitir que las personas fracasen, decepcionen y cometan errores, porque en el proceso aprenden y crecen.