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¿Cuáles son las pequeñas zorras que están arruinando tu alegría y causándote dolor? Me estoy centrando en las pequeñas cosas hirientes que permitimos que arruinen nuestros días y nos roben la alegría. Salomón escribió:

Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor. (Cantar de los Cantares 2:15).

Queremos atrapar a esas pequeñas zorras y sacarlas de nuestras vidas. Ahora sabemos que el miedo es una de las armas favoritas del enemigo y todos somos vulnerables a lo que yo llamo “pequeños miedos”. Abordemos algunos de esos miedos más pequeños, esos miedos que roban la alegría y que son realmente innecesarios.

Miedo a un resultado temido: Estos son los temores de que algo malo pueda suceder, por lo que para evitar esa posibilidad limitamos nuestras actividades y establecemos límites innecesarios en nuestras vidas. Estos miedos interfieren con tu vida cotidiana, limitan los lugares a los que vas y lo que haces, y pueden impedirte vivir experiencias que a menudo son enriquecedoras y placenteras.

Miedo al cambio: “Así es como siempre lo hemos hecho” puede ser un encubrimiento verbal de un miedo mezquino. ¡El cambio realmente puede sacar del armario los pequeños temores!

Y hay muchos más. Superar los miedos insignificantes no significa deshacerse de la emoción que los acompaña. Significa que sigues adelante a pesar de ellos:

  • Te subes a ese avión con las rodillas temblando, pero subes.
  • Dices: “Claro, lo intentaré” cuando te piden que salgas de tu zona de confort.
  • Acepta un cambio en los procedimientos, aunque te preguntas cómo aprenderás algún día ese nuevo software.

Una vez que das un primer paso valiente para superar un miedo, comienzas a ver nuevas vías de interés, nuevas oportunidades y cosas que aprender y hacer, que antes te estaban ocultas. Y vencer el miedo en un área te da fuerza para enfrentar otras áreas de miedo.

Otros miedos menores pueden acosarnos, así que, si reconoces una pequeña zorra del que necesitas deshacerte, como todo lo demás, se hace a través de la oración y la Palabra de Dios.