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Recientemente, alguien me preguntó cómo tratar con un jefe que usa tácticas de menosprecio y humillación. Es posible que te hayas encontrado en ese tipo de situación. Como cristianos, necesitamos una reflexión cuidadosa y una guía para actuar y reaccionar de acuerdo con los principios bíblicos.

Recuerda hacer de esta persona un objeto de oración diaria concentrada y verás cómo la oración cambia tu perspectiva y tu actitud. Ahora bien, puede ser que los cambios en tu actitud, provocados por la oración, realmente hagan que la actitud y las tácticas de la otra persona cambien. Si te molesta el trato, te sientes maltratado y abusado, es probable que tus reacciones hacia esta persona empeoren el problema. Una vez que salgas de esa cadena de pensamiento y comiences a enfocarte en el propósito de Dios en la situación, puede cambiar tanto tu comportamiento que afectará a la otra persona también.

Sin embargo, me apresuro a decir que es posible que no, y es posible que te enfrentes a una situación en la que se requiera confrontación. Sin embargo, antes de confrontar, asegúrate de verificar cuidadosamente tus motivos. ¿Estás simplemente tratando de ser vengativo? ¿Estás reaccionando por autocompasión? ¿Estás luchando por tus derechos? Esas no son motivaciones basadas en la Biblia. Jesús confrontaba a la gente con frecuencia, pero siempre lo hacía por su propio bien, no para vindicarse a sí mismo.

Ese enfrentamiento tendrá que estar bañado de oración y de la sabiduría de Dios, hecho en el momento oportuno y de la manera adecuada. Por favor, no reacciones de forma exagerada y no confrontes cuando estés emocionalmente molesto.

Puedes comenzar con algo como: “Me pregunto si podría pedirte un momento.  Probablemente no lo sepas, pero parece que a menudo optas por darme críticas y comentarios negativos cuando es más vergonzoso. Yo sé que necesito retroalimentación, pero ¿podría pedirte que lo hagas en privado? Prepárate para citar fechas y situaciones, ya que la mayoría de la gente negará que esté sucediendo.

Y recuerda que los principios bíblicos nos enseñan a hacer un esfuerzo adicional, a soportar un trato injusto y desagradable mucho más tiempo que los demás. Te recomendaría a Mateo 5 para ver lo que Jesús dijo acerca de recibir un trato injusto.

Sabes, Dios puede tener buenos propósitos para dejarte en esa situación injusta por un período de tiempo. Tal vez otros te estén observando y si respondes como Cristo, eso podría ser un testimonio muy efectivo. Dios tiene derecho a usarnos de esta manera, y debemos estar dispuestos a permitir que lo haga.