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¿Dirías que te vendría bien un poco de ánimo? Puede ser que simplemente estés desanimado. Las cosas no van como tú quieres, las finanzas son difíciles, tu salud puede no ser la mejor, las relaciones pueden ser tensas y desagradables. La vida tiene una forma de minar nuestra alegría, ¿no es así? Podría ser que realmente necesites un poco de aliento en este momento.

Bueno, si es así, quiero sugerirte que sigas los tres principios de la siembra y la cosecha, que son:

  1. Cosechas lo que siembras.
  2. Cosechas en una temporada diferente a la que siembras.
  3. Cosechas más de lo que siembras.

Por lo tanto, si necesitas aliento, entonces siembra algo de aliento. Anima a alguien más, y esa semilla de aliento volverá a ti en abundancia. Puede que no llegue de inmediato, pero llegará. Cosecharás ánimo en la temporada, incluso más de lo que puedas imaginar.

Isaías 1:17 nos recuerda: “¡Aprendan a hacer el bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido!,” El Apóstol Pablo animaba continuamente a la gente y motivaba a los nuevos creyentes a ser animadores. En 1 Tesalonicenses 5:11 dijo: “Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo.” Observa cómo los felicitó y, al mismo tiempo, los animó a alentarse mutuamente.

Esta debería ser una marca registrada de un cristiano: ser una persona alentadora. Y convertirse en un animador es algo que todos podemos hacer. Confío en que estas sencillas ideas que he compartido contigo harán que te detengas y pienses en lo que puedes hacer para ser un animador más eficaz: ser un Bernabé en tu lugar de trabajo.