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Si realmente te has convertido en hijo de Dios a través de la gracia salvadora de Dios, entonces la siguiente pregunta es: ¿estás viviendo tu vida en la realidad de la gracia de Dios?

Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otro (2 Corintios 9:

¿Cuánta gracia puede abundar hacia ti? ¡Toda! ¿Qué tan suficiente puedes ser? ¡Todo! ¿En cuántas áreas de tu vida puedes tener esta gracia todo suficiente? ¡Todas! ¿Cuántas buenas obras podrás hacer entonces? ¡Abundantes! ¿Abundantes de qué? ¡Gracia! ¿Para qué? Todo buen trabajo.

 

Dios derrama toda gracia sobre ti para que puedas ser suficiente en todas las cosas que él pone en tu vida y así harás muchas buenas obras, muchas buenas obras. Dios te puso aquí para hacer buenas obras:

Porque somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que las hiciéramos (Efesios 2:10).

Tienes que conocer a La Gracia antes de hacer las buenas obras. De lo contrario, seguirás intentando hacer buenas obras por tu cuenta, para ganarte el favor de Dios o sentirte bien contigo mismo o marcar las casillas para poder decir: “Mira, lo hice”. Dios te da gracia sobre gracia, toda gracia, para todo, abundancia, y luego tienes el privilegio y el gozo de hacer las buenas obras, siendo la persona para la que Dios te creó, sabiendo que la realización es tuya como hijo del rey. .

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no quedó sin efecto. No, trabajé más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo (1 Corintios 15:10).

Haces las buenas obras que Dios quiso que hicieras porque has encontrado la gracia, ¡y esta gracia no fue en vano! Trabajas duro para hacer las buenas obras porque la gracia de Dios está contigo.

¿Te has estado perdiendo algo de la gracia de Dios? ¿Por qué? ¿Puedes señalarlo? Si es así, ¿qué haces para darte la vuelta y empezar a vivir en gracia?