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Una pregunta que me hacen a menudo es: “¿Cuál es el principal problema hoy en dia , con el que luchan las personas en el lugar de trabajo?” He estado en este ministerio durante muchos años, por lo que he tenido tiempo suficiente para observar problemas comunes y notar cambios en el lugar de trabajo. Pero puedo decirles que hay un tema que sigue encabezando la lista de casi todos: ¡y es cómo tratar exitosamente con las personas!

¡Es gente! De una forma u otra, nuestras relaciones (en el trabajo y en cualquier otro lugar) nos causan más frustración, crean más conflictos y consumen más tiempo que cualquier otra cosa. Por supuesto, las relaciones también pueden traer gran alegría y satisfacción.

Quiero abordar este desafío de las relaciones hablando de cómo nos conectamos exitosamente con los demás. Notarás que hay algunas personas que parecen no tener dificultades para formar amistades, generar lealtad, crear comunidad y llevarse bien con la gente, mientras que otras carecen lamentablemente de estas habilidades. ¿Qué hace que unas personas sean mejor que otras para conectarse con la gente? Y si esta capacidad de conectar con las personas no nos resulta natural, ¿es posible desarrollar esas habilidades y mejorar en esas áreas?

Las Escrituras nos exhortan a considerar a los demás más importantes que nosotros mismos (Filipenses 2:3) y a exhibir las características de una actitud verdaderamente amorosa hacia los demás. Necesitamos encontrar maneras prácticas y efectivas, de desarrollar estas características piadosas de conectarnos fácil y rápidamente con otras personas, ya sean compañeros de trabajo, jefes, empleados o simplemente amigos y conocidos.

Una de las primeras cosas que tenemos que hacer para conectarnos con los demás es hacer que las personas se sientan cómodas en nuestra presencia. Y podemos aprender a hacerlo si nos consideramos “anfitriones” en cualquier situación. Un buen anfitrión toma la iniciativa para que los demás se sientan cómodos. La mayoría de las personas se ven a sí mismas como “invitados” en la vida, esperando que otros tomen la iniciativa y den el primer paso. Pero si simplemente inviertes esa tendencia y te consideras el anfitrión o la anfitriona, te volverás más proactivo al iniciar conversaciones, te ofrecerás a ayudar a los demás y descubrirás que estás comenzando a conectarte con la gente mucho más fácilmente.

Te reto a que seas el “anfitrión” cuando vayas a trabajar; Mírate a ti mismo como la persona que iniciará las conexiones, que tendrá la antena preparada para estar atento a los que te rodean y estar dispuesto a salir de tu zona de confort y dar el primer paso. Es una idea muy simple, pero puedo prometerte que marcará la diferencia en cómo te conectas con los demás.