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¿No te alegra que el amor de Dios por nosotros no se base en lo que siente por nosotros? Puede que Él esté, y estoy segura de que a menudo lo está, muy disgustado con nosotros como individuos, pero su amor y bondad hacia nosotros son constantes. Eso me anima, porque significa que Dios no exige que tenga buenos sentimientos hacia todo el mundo, y como tú, he descubierto que hay personas que simplemente no me agradan.
No tienes que querer a alguien para amarlo. Webster define gustar como “sentir atracción, ternura o afecto por” alguien. Decimos “me gustas porque…” y luego enumeramos las cosas que nos gustan de esa persona.
Pero el amor ágape dice: “te amo a pesar de…”, a pesar de las cosas de ti que quizás no me gusten. No tenemos que sentirnos culpables por no querer a todo el mundo. ¡Está bien! Pero se nos manda amar a los demás.
Escríbelo en un papel y pégalo en tu espejo, en tu escritorio, sobre el lavamanos, en el protector de pantalla, en cualquier lugar donde lo veas a menudo: El amor no es un sentimiento, el amor es una acción.
Estoy seguro de que había gente a la que Jesús no le agradaba. ¿Has leído alguna vez lo que les dijo a los hipócritas religiosos de su época? Bastante directo. No creo que le agradaran mucho, pero sé que los amaba, porque murió por ellos. El amor no es un sentimiento, el amor es una acción. Esta es nuestra responsabilidad: amar a los demás, nos agraden o no.
Pablo dijo en su carta a los Romanos que el Espíritu Santo, que nos fue dado, ha derramado el amor de Dios en nuestros corazones (Romanos 5:5). Piensa en el amor de Dios por ti. Juan escribió: Para nosotros, la mayor demostración del amor de Dios por nosotros ha sido enviar a su Hijo único al mundo para darnos vida a través de él. Vemos el amor verdadero, no en el hecho de que amamos a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo para hacer expiación personal por nuestros pecados.
Y recuerda, Dios ama a las personas que no te agradan tanto como te ama a ti. Deja que el amor de Dios se derrame sobre ti y te llene. Recuerda cuánto te ama, incluso cuando no eres muy amable. Ese es el comienzo de aprender a amar a otras personas, incluso a las que no te agradan tanto.