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Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Me pregunto si alguna vez has contemplado cuán totalmente suficiente es Jesús porque es tu camino, tu verdad y tu vida. He estado señalando algunos de los nombres de Jesús que encontramos en las Escrituras, y te estoy animando a que los invoques para tus propias necesidades. He hablado de cómo Jesús es tu Abogado, Jesús es Dios contigo, Jesús es tu Admirable Consejero y tu Príncipe de Paz, solo algunos de los muchos títulos y autoridad que se le dieron a Jesús.
Pero cuando Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, estaba diciendo que todo lo que alguna vez necesitarás se encuentra en él. Él es tu camino, tu camino hacia Dios y la vida eterna. Jesús estaba diciendo nuevamente a sus discípulos: “Sígueme”. Pedro escribió más tarde:
De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12).
Él declaró que él es la Verdad, por lo tanto, es digno de confianza. Él nunca puede mentirte ni engañarte, y puedes confiar totalmente en todo lo que ha dicho y en cada dirección que te ha dado. Él es la Verdad que puede liberarte de tu pecado, del miedo, de la esclavitud.
Y Jesús es tu vida. Jesús estaba hablando a sus discípulos acerca de su muerte inminente, y luego afirmó ser la fuente de toda vida. Dijo que daría su vida por las ovejas, y luego resucitaría de entre los muertos a la vida nuevamente. Él dio la promesa …porque yo vivo, tú también vivirás (Juan 14:19).
Dondequiera que estés hoy, en cualquier predicamento en que te encuentres, tu necesidad está satisfecha en Jesús. Reclama sus nombres: él es el camino, la verdad y la vida. Corre hacia Jesús; invoca a Jesús; confía en Jesús. Todo siempre tiene que ver con Jesús. Así que, reclama su nombre, su autoridad, como tuyo. Ese es tu privilegio si verdaderamente has nacido de nuevo.