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La paz es un bien escaso en estos días, ¿no está de acuerdo? Si bien escuchamos hablar mucho sobre la paz, reconocemos que hay muy poca en nuestro mundo y en nuestras vidas. ¿Y tú? ¿Te falta un poco de paz en este momento? ¿Has estado pasando demasiado tiempo preocupado? ¿El miedo se ha apoderado de tu mente y corazón, manteniéndote despierto por las noches?
Estoy examinando los nombres de Jesús, los títulos que le ha dado el Padre. Nombres que muestran su poder y su autoridad. Y uno de esos nombres es Príncipe de Paz, que leemos en Isaías 9. Un príncipe es alguien que es un líder y tiene influencia y autoridad. Por lo tanto, el Príncipe de Paz puede otorgar paz a una persona o situación.
Si te has convertido en un creyente en Jesucristo, entonces tienes acceso al Príncipe de Paz. Eso significa que no tienes por qué estar cautivo de la preocupación o el miedo, porque puedes invocar el nombre de Jesús, el Príncipe de Paz, y él te dará paz. Efesios 2:14 dice que Jesús mismo es nuestra paz.
Jesús dijo que la paz que nos da no es solo una paz temporal como la que puedes encontrar en el mundo. Jesús dijo que es una paz que solo él puede dar, y Pablo escribió a la iglesia de Filipos:
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7).
¿Por qué vives preocupado y con miedo? ¿Ves lo inútil e innecesario que es para ti como hijo de Dios porque puedes invocar el nombre de Jesús, tu Príncipe de Paz? Y lo haces por fe. Crees que Jesús es tu paz y reclamas esa paz como tuya. No tienes que sentirla; Sólo tienes que creer que Jesús es el Príncipe de la Paz y que Él tiene paz para ti.
Te sugeriría que cuando te sientas abrumado por la preocupación o el miedo, simplemente comiences a repetir lo que la Biblia dice que es verdad, que Jesús, el Príncipe de la Paz, es tu paz. Resiste al enemigo que quiere mantenerte sumido en la duda y la preocupación. Ahuyéntalo, sácalo de tu mente, repitiendo la verdad de que Jesús es tu paz, y luego repítelo tantas veces como lo necesites durante el día. Así es como reclamas el nombre de Jesús.