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¿Conoces a alguien que nunca parece estar contigo, incluso cuando está contigo? Es un poco desconcertante, ¿verdad?

He estado compartiendo cinco principios de administración del tiempo: actitudes hacia el valor de tu tiempo y administrarlo bien, y aquí está el principio número cuatro:

  1. La administración del tiempo es estar presente en el momento.

Esto es lo que quiero decir. Si estás en una reunión o en una conversación con otras personas, ya sea de negocios o personal, y estás prestando atención y concentrado en lo que se dice, se decide o se pregunta, eso significa que estás haciendo un buen uso de ese tiempo.

Pienso en un pastor de mi iglesia que tiene muchas responsabilidades, muchas cosas en el aire todo el tiempo. Pero cuando estoy en una reunión con él, discutiendo cualquier tema que necesite para contar con su opinión, él está totalmente conmigo en esa conversación, durante el tiempo que necesitemos. Él está presente en el momento, como si esto fuera lo más importante en su calendario para ese día, ¡lo cual probablemente no lo sea!

Otro amigo de la junta de The Christian Working Woman es un abogado muy exitoso con esa misma característica maravillosa. Steve está totalmente presente en el momento, sin dejar que su mente se concentre en otros asuntos mientras habla contigo. Sin duda, ese es un rasgo que ha contribuido a su éxito, pero también es un hábito que le ahorra tiempo. Elimina la mala comunicación, las conversaciones adicionales y otras cosas que consumen mucho tiempo porque está presente en el momento

Ésta es una actitud que todos podemos desarrollar. No es algo natural para mí, pero me estoy volviendo cada vez más consciente de su importancia y, por lo tanto, más intencional de estar presente en el momento con las personas en mi vida. No solo te ahorrará tiempo, sino que mejorará tus relaciones. Es una característica “dinamita” para desarrollar.

En Eclesiastés, el sabio Salomón escribió: Todo lo que tu mano encuentre para hacer, hazlo con tus fuerzas (Eclesiastés 9: 10a). Haz lo correcto y hazlo lo mejor que puedas. ¿Alguna vez has orado por ser un mejor administrador del tiempo? ¿Por qué no? Cuando pidas ayuda, el Espíritu Santo te traerá cosas a la mente a lo largo del día, recordándote la importancia de administrar tu tiempo sabiamente. Hace la diferencia por el ahora y por la eternidad.