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Presentado por Lisa Bishop

Estoy examinando 5 hábitos de un líder extraordinario. El hábito de ayer era aprender. El hábito de hoy es estar presente. Una forma de practicar la presencia es escuchando. A todos nos han enseñado que escuchar es importante, pero pocas personas han dominado esta habilidad fundamental. Quizás ya creas que eres un buen oyente, pero existe una gran diferencia entre escuchar y oír. Y ya sea que escuches o no, afectará tu impacto como líder.

Cuando desempeñas un rol de liderazgo, creas el tono de tu equipo y de tu organización. Tus acciones influyen directamente en el nivel de confianza, colaboración y contribución que inspiras en las personas que trabajan contigo y para ti. Estar verdaderamente presente y escuchar de una manera que las personas se sientan escuchadas y comprendidas, crea una experiencia para las personas. Sienten que realmente te preocupas y cuando demuestras un interés genuino en otras personas, aumentas la confianza. ¿Cómo puedes mejorar tu liderazgo escuchando? Practicando la presencia. Una forma de hacerlo es manteniendo el contacto visual. Una vez trabajé para un líder de alto nivel que rara vez prestaba atención cuando la gente hablaba. En las conversaciones uno a uno, si estaba cerca de su computadora, hacía un gesto con la mano para que alguien comenzara a hablar, pero seguía mirando la pantalla. En las reuniones, revisaba constantemente su teléfono o estaba en su iPad. Fue bastante desalentador para el equipo y, si soy honesta, fue muy frustrante, especialmente cuando era él quien convocaba la reunión.

Tu falta de escucha demuestra falta de interés. Cuando estés conversando con alguien, deja el teléfono, dale la vuelta o, mejor aún, guárdalo en tu bolsillo o bolso. Los estudios han demostrado que simplemente sostener el teléfono celular o mantenerlo visible sobre la mesa mientras conversas puede tener un efecto adverso en la escucha. Por lo tanto, se intencional y concéntrate completamente en la persona que habla.

Si miramos el ejemplo de Jesús, vemos que estuvo completamente presente con la gente. Tenía un millón de cosas que atender, pero cuando alguien estaba cara a cara con él, le prestaba toda su atención. No se permitió distraerse fácilmente ni caer en la tentación de realizar múltiples tareas.

¿Creas una experiencia para las personas en la que sienten que tu atención se centra en ellas cuando hablan? ¿Con quién puedes practicar estar presente hoy? Cuando realmente escuchas a los demás, es un regalo.