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¿Qué quiere enseñarte Dios a través de tu trabajo? Creo que una de las primeras cosas que aprenderías a hacer es aprender a amar a las personas que quizás no te gusten tanto. Tus compañeros de trabajo no son necesariamente personas con las que elegirías estar cinco días a la semana, ocho horas al día. Sin duda, has descubierto que no todos son “tu tipo”, y por eso te enfrentas al reto de llevarte bien con personas con las que no es fácil llevarse bien.
En 1 Corintios 13, la Biblia nos enseña la verdadera definición del amor: es paciente, es bondadoso, busca lo bueno en las personas, no lo malo, no guarda rencor, se mantiene firme cuando otros se han dado por vencidos y lo soporta todo.
El amor de Dios es una acción, no necesariamente un sentimiento, y puedes elegir amar a alguien mostrándole este tipo de acciones, incluso si no te gusta su comportamiento, su trato, sus hábitos de trabajo o su estilo de vida.
Casi cualquier trabajo que tengas, incluyendo trabajar en un entorno cristiano, te pone en compañía de otras personas, y tienes el privilegio, la gran oportunidad, de aprender a amar a las personas con el amor de Dios. Eso significa que te vuelves cada vez más como Jesús, al seguir su mandamiento de “amarse los unos a los otros”.
Por supuesto, también tienes la opción de negarte a aprender esta lección y, en cambio, simplemente estar continuamente irritado y negativo con las personas con las que trabajas o para las que trabajas. Puedes optar por quejarte, lamentarte y culpar a otros por tu mala actitud. Pero lo único que consigues es que crezcan raíces de amargura en tu corazón, lo que te causará un gran dolor y afectará también a quienes te rodean. Pero si puedes ver lo que Dios quiere enseñarte al trabajar con personas difíciles, entonces puedes convertir un desierto en un jardín y usar ese lugar difícil como campo de entrenamiento para aprender esta increíblemente útil y crucial capacidad de amar y llevarte bien con quienes no te agradan tanto.
Y considera esto: al aceptar y aprender lo que Dios quiere enseñarte a través de tu trabajo, tu luz por Jesús brillará mucho más. Tienes el gran privilegio de demostrar, a través de tu forma de trabajar y de tratar a los demás, la diferencia que se genera cuando Jesús es el centro de tu vida. Quiero animarte a no perderte lo que Dios quiere enseñarte a través de tu trabajo. Son lecciones valiosas que marcarán la diferencia en tu vida y en tu testimonio de Jesús.